Por: VenEconomía
La situación de crisis generalizada y abandono del país es de tal magnitud que ni siquiera en este largo asueto de la Semana Mayor los venezolanos pudieron dejar atrás las preocupaciones y angustias.
Para comenzar, las inusuales copiosas lluvias de la semana hicieron sus estragos en gran parte de la deteriorada red vial del país con las consabidas víctimas fatales. La falta de mantenimiento y la desinversión en infraestructura acumulada en estos 12 años de desgobierno se hizo más que evidente en toda la geografía nacional, independientemente si se trata de la región andina, la centrooccidental, oriental o el sur del país Puentes caídos, vías derrumbadas, desvíos improvisados convirtieron en un vía crucis el asueto de millares de temporadistas, quienes tardaron en algunos recorridos hasta el doble y el triple de tiempo de lo usual.
Los venezolanos que habitan en el interior del país, tampoco pudieron descansar de los ya cotidianos y cada vez más prolongados apagones. Largas horas sin luz le amargaron el descanso a millones de ciudadanos. La situación es tal, que hoy el ministro de Energía, Alí Rodríguez Araque, reconoció "que en algunos casos las fallas en el servicio eléctrico se deben a la falta de mantenimiento", tal como si él no fuese el máximo responsable del sector. Tal caradura es el leitmotiv de estos funcionarios.
El asueto no llegó tampoco para los enfermeros que llevan más de 36 días en huelga de hambre frente a la Embajada de Brasil, quienes no sólo permanecieron en pie de lucha, sino que además sumaron nuevos apoyos en médicos y otros trabajadores de la salud de todo el país. Ante la indiferencia de las autoridades a sus reclamos hoy amenazan con seguir radicalizando la protesta. Este gremio, que no tiene nada de oligarca sino que es una de las más genuinas representaciones del pueblo trabajador, reclama justamente aumento salarial a Bs.F.5.000, pago de prestaciones sociales vencidas, jubilaciones a personal con 40 años de servicios, y como punto de honor la aprobación del tabulador salarial para 30 mil trabajadores.
Menos aún descansaron los venezolanos de la delincuencia y la violencia, que llegó incluso a las playas y sitios de recreo cobrando vidas útiles.
No fue por nada que en la quema tradicional de Judas, el Gobierno y sus funcionarios, en especial del Ministerio de Salud, se convirtieran en los objetos del repudio ciudadano.
Para comenzar, las inusuales copiosas lluvias de la semana hicieron sus estragos en gran parte de la deteriorada red vial del país con las consabidas víctimas fatales. La falta de mantenimiento y la desinversión en infraestructura acumulada en estos 12 años de desgobierno se hizo más que evidente en toda la geografía nacional, independientemente si se trata de la región andina, la centrooccidental, oriental o el sur del país Puentes caídos, vías derrumbadas, desvíos improvisados convirtieron en un vía crucis el asueto de millares de temporadistas, quienes tardaron en algunos recorridos hasta el doble y el triple de tiempo de lo usual.
Los venezolanos que habitan en el interior del país, tampoco pudieron descansar de los ya cotidianos y cada vez más prolongados apagones. Largas horas sin luz le amargaron el descanso a millones de ciudadanos. La situación es tal, que hoy el ministro de Energía, Alí Rodríguez Araque, reconoció "que en algunos casos las fallas en el servicio eléctrico se deben a la falta de mantenimiento", tal como si él no fuese el máximo responsable del sector. Tal caradura es el leitmotiv de estos funcionarios.
El asueto no llegó tampoco para los enfermeros que llevan más de 36 días en huelga de hambre frente a la Embajada de Brasil, quienes no sólo permanecieron en pie de lucha, sino que además sumaron nuevos apoyos en médicos y otros trabajadores de la salud de todo el país. Ante la indiferencia de las autoridades a sus reclamos hoy amenazan con seguir radicalizando la protesta. Este gremio, que no tiene nada de oligarca sino que es una de las más genuinas representaciones del pueblo trabajador, reclama justamente aumento salarial a Bs.F.5.000, pago de prestaciones sociales vencidas, jubilaciones a personal con 40 años de servicios, y como punto de honor la aprobación del tabulador salarial para 30 mil trabajadores.
Menos aún descansaron los venezolanos de la delincuencia y la violencia, que llegó incluso a las playas y sitios de recreo cobrando vidas útiles.
No fue por nada que en la quema tradicional de Judas, el Gobierno y sus funcionarios, en especial del Ministerio de Salud, se convirtieran en los objetos del repudio ciudadano.
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