Por: VenEconomía
Viene de nuevo el 1° de mayo, Día de los Trabajadores. Poniendo en el tapete el lamentable estado en que se encuentra el movimiento sindical de Venezuela, donde privan la atomización y la anarquía, que lo lleva a la deriva.
Es bien sabido que Hugo Chávez, desde que inició su mandato apuntó a la destrucción del movimiento sindical establecido en el país y representado, en su mayor parte a nivel nacional, por la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV). También es un hecho público la creación de un sindicalismo paralelo que obedece lineamientos del Gobierno Nacional, dirigidos al enraizamiento de un proyecto político, donde la empresa privada y el trabajo productivo son objetos capitalistas a exterminar.
Hoy Chávez es quien decide todo en materia laboral, y ha dejado a los sindicatos sin rol qué desempeñar.
El diario El Mundo de este jueves 28 de abril, trae una entrevista que la periodista Carmen Carrillo hizo al ex dirigente sindical, abogado laboral delegado de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Venezuela, Eleuterio Benítez. En ésta Benítez describe el triste panorama real del sindicalismo en esta era de Chávez.
Ente los problemas del movimiento sindical que destaca Benítez se puede resumir:
1) La falta de agenda, rumbo o norte del movimiento sindical. No tiene proyectos.
2) Esa falta de agenda, lleva a su vez, a graves fallas en el área de capacitación y formación.
3) No se ha producido la necesaria democratización del movimiento. Enfocados en el corto plazo, la dirigencia no percibe la fuerza del movimiento sindical.
4) El ataque del Gobierno al movimiento sindical ha acabado, por un lado, con la libertad sindical, criminalizando la actividad. Como muestra de ello cita los 81 casos de dirigentes sindicales o gremialistas que tienen régimen de presentación ante tribunales de la República. Por otro, ha precarizado el trabajo decente en el país, el cual implica "una serie de beneficios sociales para el trabajador en condiciones de dignidad".
Lo más grave es que para el movimiento sindical venezolano la división sería la divisa. Mientras que la dirigencia sindical del sector opositor tiene problemas de definiciones, con dos sectores que no logran unir objetivos y formas de lucha; en la del sector oficial se agitan también dos corrientes con visiones diferentes.
En definitiva, este Día del Trabajador, volverán a desfilar por las calles del país dos o tres segmentos sindicales representando a los trabajadores. Lamentablemente, en ninguno de ellos ondearán las banderas verdaderas de la lucha sindical: la Justicia Social, la protección social y el trabajo decente.
Es bien sabido que Hugo Chávez, desde que inició su mandato apuntó a la destrucción del movimiento sindical establecido en el país y representado, en su mayor parte a nivel nacional, por la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV). También es un hecho público la creación de un sindicalismo paralelo que obedece lineamientos del Gobierno Nacional, dirigidos al enraizamiento de un proyecto político, donde la empresa privada y el trabajo productivo son objetos capitalistas a exterminar.
Hoy Chávez es quien decide todo en materia laboral, y ha dejado a los sindicatos sin rol qué desempeñar.
El diario El Mundo de este jueves 28 de abril, trae una entrevista que la periodista Carmen Carrillo hizo al ex dirigente sindical, abogado laboral delegado de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Venezuela, Eleuterio Benítez. En ésta Benítez describe el triste panorama real del sindicalismo en esta era de Chávez.
Ente los problemas del movimiento sindical que destaca Benítez se puede resumir:
1) La falta de agenda, rumbo o norte del movimiento sindical. No tiene proyectos.
2) Esa falta de agenda, lleva a su vez, a graves fallas en el área de capacitación y formación.
3) No se ha producido la necesaria democratización del movimiento. Enfocados en el corto plazo, la dirigencia no percibe la fuerza del movimiento sindical.
4) El ataque del Gobierno al movimiento sindical ha acabado, por un lado, con la libertad sindical, criminalizando la actividad. Como muestra de ello cita los 81 casos de dirigentes sindicales o gremialistas que tienen régimen de presentación ante tribunales de la República. Por otro, ha precarizado el trabajo decente en el país, el cual implica "una serie de beneficios sociales para el trabajador en condiciones de dignidad".
Lo más grave es que para el movimiento sindical venezolano la división sería la divisa. Mientras que la dirigencia sindical del sector opositor tiene problemas de definiciones, con dos sectores que no logran unir objetivos y formas de lucha; en la del sector oficial se agitan también dos corrientes con visiones diferentes.
En definitiva, este Día del Trabajador, volverán a desfilar por las calles del país dos o tres segmentos sindicales representando a los trabajadores. Lamentablemente, en ninguno de ellos ondearán las banderas verdaderas de la lucha sindical: la Justicia Social, la protección social y el trabajo decente.
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