Por: VenEconomía
Luego que le sonaran las alarmas por la contundente participación en las primarias de la unidad democrática, el Gobierno ha radicalizado la vía del conflicto y la agresión oficial para exacerbar la polarización. Primero con el verbo violento y descalificador hacia el adversario desbordado por el presidente Hugo Chávez, apenas conocidos los resultados de las primarias; un discurso que fue coreado por todo el combo de amanuenses del Gobierno.
Luego usando las secuestradas instituciones públicas, esta vez por la vía de una madrugadora sentencia del TSJ que prohibía la quema de los cuadernos electorales contentivos de los nombres y firmas de los votantes en las primarias, que violentaba el resguardo de la identidad de éstos.
Continuó con el acoso judicial contra la unidad democrática, con la imposición de una multa de la Sala Constitucional a la presidenta de la Comisión Electoral de la Mesa de la Unidad (MUD), Carmen Teresa Albanes, por 200 unidades tributarias (Bs.18.000), acusada de desacatar la sentencia N°66 que suspendía la destrucción de los cuadernos electorales de las primarias. El TSJ además solicitó a la Fiscalía General que determinara la eventual responsabilidad penal a que hubiere lugar a consecuencia del supuesto desacato de la MUD.
Pero, lo más grave de toda esta arremetida, es que pareciera que se está queriendo extender a la calle la violencia. Así “inusitadamente” están proliferando las invasiones a propiedades privadas en varias zonas del área metropolitana, que según denuncian los vecinos llegan, en su mayoría, curiosamente bien organizadas, transportadas en vehículos oficiales, incluso algunas custodiadas por efectivos del orden público.
Un ejemplo de lo grave de esta situación, es lo que está sucediendo en el municipio Sucre, en manos del alcalde de la unidad democrática Carlos Ocariz, donde la policía municipal ha frustrado 25 intentos de invasión, pero no alcanzaron para impedir unos 16, mientras la Guardia Nacional se mantenía al margen alegando que tenía “órdenes superiores” de “no reprimir a los invasores”. Este proceso perverso culminó con seis invasiones simultáneas el pasado fin de semana.
Ante esta falta de respuesta de la Guardia Nacional, los vecinos de Lomas del Ávila y Colinas de Guaicoco, se enfrentaron a los invasores violentos y armados, con saldo de varios heridos.
Este juego del gobierno de prender candelitas para desestabilizar, generar conflictos, evadir su responsabilidad en las malas políticas públicas y polarizar a la población, es una peligrosa arma con la que se arriesgan las vidas de los ciudadanos.
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