Crédito: Prensa Libre
El ex presidente sudafricano Nelson Mandela se recuperaba el lunes en su domicilio de Johannesburgo, luego de una breve hospitalización, tras la cual las autoridades intentaron tranquilizar al público sobre el estado de salud del ex presidente sudafricano, muy querido tanto en su país como en el extranjero.
Mandela, de 93 años, galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1993, pasó apenas 24 horas en el hospital y fue dado de alta el domingo luego de ser sometido a exámenes, incluyendo una laparoscopia, destinados a buscar una explicación para sus frecuentes dolores abdominales.
"Ha retomado el curso normal de su vida cotidiana" y "se recupera en su casa con el apoyo de su familia", indicó el lunes el actual presidente Jacob Zuma, advirtiendo que no habrá más boletines de salud hasta nuevo aviso.
El domingo, la presidencia había informado que el héroe de la lucha contra el apartheid no tenía "nada verdaderamente grave" y que no había "nada que temer" por su salud, que calificó de "buena".
Aunque el origen de los dolores de Mandela no fue precisado, los artículos de la prensa revelaban el alivio que reinaba en Sudáfrica.
Sin embargo, esta nueva hospitalización obliga a los sudafricanos a comprender que Mandela, el primer presidente negro elegido en 1994, no es eterno, y a pensar en la desaparición del líder que sacó al país del terrible régimen del apartheid y de su ideología racista.
NDO/Univisión/AFP
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