JESENIA FREITEZ GUEDEZ/NDO/TalCualDigital
La construcción del Metro de Valencia arrancó en enero del presente año a paso de morrocoy. La obra estuvo detenida por más de tres años y las consecuencias del retraso las han padecido los valencianos, quienes se ven afectados por el tráfico e impacto que ha causado a los comerciantes por la edificación del subterráneo. En la actualidad, falta la culminación del tramo 2 de de la línea 1, cuyo contrato fue firmado en 2007 y se estimó que sería culminado en 32 meses, lapso que no se cumplió.
En dicho tramo se encuentran las estaciones: Cámara de Comercio, Rectorado, Los Sauces, Viñedo, Majai y Guaparo. Según el seguimiento que ha hecho la organización civil ProValencia, el contrato inicial contemplaba la construcción de túneles y estaciones en obra gris, además se estableció un monto referencial para los acabados finales.
Juan Carlos Cárpico, ingeniero civil experto en túneles y presidente de ProValencia explica que se desconoce el monto contratado, los aumentos en el costo de las obras, el porcentaje de avance de la construcción y el monto cancelado hasta la fecha.
DÓNDE ESTÁN LOS REALES
Según la información manejada por ProValencia, "el monto inicial contratado es cercano a los 440 millones de BsF, de los cuales 300 millones eran en BsF y otros 65 millones en dólares. Entre el año 2007 y 2008, la obra recibió los primeros 400 millones de dólares. De esos, se cancelaron 120 millones en moneda estadounidense y del resto se desconoce su destino. Según información oficial, el Fonden recibió de PDVSA 194 millones de dólares adicionales para el Metro de Valencia".
Cárpico explica que los 440 millones de dólares iniciales eran para construir el túnel y las estaciones (obra gris), pero además de esto falta el presupuesto del acabado, el tendido eléctrico, el cableado y los trenes. "Esa obra fácilmente tiene un costo total de 800 millones de dólares", revela.
Por otra parte, reflexiona sobre el costo de la paralización de las maquinarias, que estuvieron detenidas por tres años. "Ese dinero tiene que reconocerlo el Estado porque la constructora se detuvo por incumplimiento en el pago", destaca.
ProValencia afirma que la empresa contratista del Metro de Valencia, Ghella, comenzó a bajar desde 2008 la velocidad de construcción y el número del personal hasta que en 2009 se paralizó la obra.
A PASO DE VENCEDORES
Cárpico afirma que el avance de obra es de aproximadamente 65% (del contrato original, sólo obra gris). "La estación Cámara de Comercio está casi culminada. La estación Rectorado está culminada y a Los Sauces se le está construyendo la losa curva. La del Viñedo tiene los muros colados terminados y un 25% de la losa de techo, mientras que la estación Majai solo los muros. En la última, llamada Guaparo, no se han hecho más que la desviación de los servicios y calles.
Por otra parte, el túnel solo ha avanzado una estación y la Topa Beatriz se encuentra estacionada en la estación Rectorado", detalla.
Manifiesta que "si llegaran en teoría los recursos mañana, igualmente serían necesarios aproximada- mente tres meses para la selección, incorporación y entrenamiento del personal nuevo. Por otra parte, trabajando en horario normal se requerirían por lo menos 800 trabajadores. Este número podría llegar a ser incluso el doble o triple, si se trabajara en horario corrido, de lunes a sábados".
CAOS EN TODA LA CIUDAD
Carlos Berrizbeitia, diputado de la Asamblea Nacional por Carabobo, asegura que han llevado el caso ante la plenaria pero no se ha discutido. Declara que el monto estimado para la culminación de la obra es de unos 350 millones dólares.
"El cese de la ejecución de la obra afecta no es solamente a los usuarios del Metro (estamos hablando de unas 300 a 400 mil personas diarias), también ha afectado a la economía formal de Valencia porque miles de comerciantes han tenido que cerrar sus locales porque los clientes no tienen acceso a los negocios", asegura.
Berrizbeitia reconoce que la paralización de las obras ha causado caos y la anarquía en el tráfico y ha generado inseguridad "porque las estaciones y en las zonas del Metro se han convertido en guaridas para delincuentes".
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