SIMÓN BOCCANEGRA/NDO/TalCualDigital
Hay algunos chavistas ¿ingenuos? ¿Excesivamente optimistas? que critican la forma como Chacumbele dirige el partido y todavía mantienen la esperanza de que pueda cambiar. Que el poder sea distribuido y que se reduzca su concentración. Que la democracia participativa sea algo más que una participación del jefe. Quizá lo que son es ilusos.
Edwin Sambrano es uno de ellos. No descarta que Esteban pueda ser derrotado por Capriles Radonski y agrega que en el partido de gobierno hay una desventaja “cualitativa y cuantitativa” y es que “le teme a la democracia” mientras la oposición radicaliza su posición democrática. Las designaciones a dedo que ha hecho Esteban de sus candidatos a gobernadores es, entre otras cosas, lo que da fuerza a lo dicho por Sambrano.
Los mandatarios regionales rojos rojitos no son evaluados por los militantes del partido, sino que solo hace falta que estén en la buena con Chacu para poder aspirar nuevamente al cargo que detentan. Deben estar todos ellos muy preocupados por cómo los ve el comandante presidente.
Ahora, la pregunta es si esto es de gratis. Cuando quien lidera el proceso tiene educación militar, idolatra a un dictador como Fidel Castro e impone sus decisiones porque le da la gana, ¿no es responsabilidad de muchos de los líderes del proceso que las cosas hayan llegado a este extremo? Todos hemos visto cómo trata el jefe a sus seguidores, independientemente de su rango, y cómo se lo calan sin chistar. ¿Cómo entonces construir un partido democrático que tome en cuenta las opiniones de sus integrantes y les permita participar cuando sus dirigentes no creen en eso”. Misión imposible.
Lo peor es que pretenden aplicarle al país lo que hacen internamente. Pero cada vez más venezolanos rechazan un sistema autoritario. La participación en las primarias de la Mesa Democrática demostró que la mayoría quiere un cambio. Para octubre no falta mucho.
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