viernes, 18 de mayo de 2012

Colombia estrena TLC con EEUU

Colombia puso en funcionamiento el Tratado de Libre Comercio suscrito con EEUU. Venezuela se opone a estos acuerdos con el imperio, y el alba pierde peso en la economía de la región. Gracias al TLC los colombianos accederán en mejores condiciones a una economía con un PIB de $1,5 billones

SERGIO ARANCIBIA/TalCualDigital
El día 15 de este mes Colombia puso en funcionamiento el Tratado de Libre Comercio suscrito con Estados Unidos. Se suma, en esa medida, a México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, República Dominicana, Perú y Chile, que son los países latinoamericanos que ya tienen en pleno funcionamiento tratados de esta naturaleza.

La negociación y tramitación de ese acuerdo le tomó a Colombia 8 años, lo cual pone en evidencia el hecho de que este tipo de tratados no es un mecanismo que forme parte de los instrumentos más utilizados o más promovidos por parte de los gobiernos norteamericanos. En realidad son pocos los países del planeta Tierra que han logrado poner en funcionamiento tratados de libre comercio con Estados Unidos, los cuales no son fáciles de hacer aceptar en el seno de la institucionalidad política y económica norteamericana.

Gracias a este tratado, los colombianos esperan poder acceder en mejores condiciones a una economía que presenta un PIB de 1,5 billones de dólares, poblada por 350 millones de habitantes y que es el país que presenta las más elevadas importaciones a nivel internacional. Se visualiza como enteramente posible, por lo tanto, encontrar allí mercado para muchas de las exportaciones manufactureras y agroindustriales que Colombia está en condiciones de generar.

Más allá de las exportaciones mineras y petroleras ­que tienen una cierta dinámica propia­ Colombia espera aumentar sus exportaciones al mercado norteamericano en mercancías tales como la pesca, los textiles y prendas de vestir, cueros, calzados, etanol, azúcar, aceite de palma, entre otros. En forma simbólica, el mismo día que se puso en vigencia el tratado, partieron desde Colombia un envío de textiles, por vía marítima, y un envio de flores, por vía aérea, que entrarán ya a Estados Unidos sin pagar arancel alguno.

Muchas de las mercancías exportables por parte de Colombia gozaban hasta esta semana de las preferencias arancelarias otorgadas por el Atpdea, que es el sistema unilateral de preferencias que concede Estados Unidos a los países andinos. Esas preferencias arancelarias dejan ahora de ser un instrumento unilateral otorgado de año en año por Estados Unidos, y pasa a ser un aspecto incluido en un tratado internacional, lo cual constituye una base más sólida y estable a partir de la cual se pueden construir relaciones comerciales con un horizonte de más largo plazo.

INVERSIÓN EXTRANJERA
Además, el TLC con Estados Unidos se espera se convierta en un elemento que atraiga inversión extranjera directa hacia Colombia, en la medida que lo producido en dicho país gozará de mejores condiciones de entrada y de competitividad en el mercado norteamericano, en la medida, desde luego, que cumpla con las correspondientes normas de origen. Como siempre sucede con este tipo de tratados, los sectores agropecuarios son los que presentan mayores temores de verse arrollados por los productos provenientes de la economía norteamericana.

Para combatir esos temores este tipo de tratados contemplan la posibilidad de recurrir a salvaguardias automáticas, aranceles de base altos, amplios plazos de desgravación, contingentes arancelarios y años de gracia, mecanismos todos que están presentes en el TLC Colombia-Estados Unidos. Así, por ejemplo, el arroz, se desgravará en 19 años, con seis años de gracia, y partiendo de un arancel de base de 80%, todo lo cual asegura a los productores arroceros un período largo de adaptación a las nuevas condiciones de competitividad.

Este acuerdo se complementa con el acuerdo aeronáutico ya firmado entre Colombia y Estados Unidos conducente a establecer cielos abiertos entre ambos países a partir del primero de enero del 2013, lo cual implica que las líneas aéreas de uno o de otro país podrán llegar con sus aviones a cualquier ciudad de destino del otro país. Eso se convertiré en un elemento que intensificará los contactos no sólo turísticos, sino también los fletes y los viajes de negocios.

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