lunes, 28 de mayo de 2012

La oposición reprime al gobierno

Por: Fernando Rodríguez/TalCual
Como parte de la campaña de Chávez, si es que se tratará de éste, ha surgido una muy curiosa modalidad que consiste en atribuirle a la oposición unos poderes enormes, con los cuales ejecuta atrocidades contra el gobierno reinante. Estas belicosas y abusivas acciones son, por azar, de las que suele practicar a menudo Chávez y su combo desde que llegaron al Palacio de Miraflores, hace tanto ya. De manera que así se pretende cobrar doble: se inculpa a la oposición y a su candidato y se trata de sepultar los bochornosos delitos propios. Todo ello de una manera realmente burda, infantiloide.



Un gobierno que se ha hecho famoso, aquí y en el ancho mundo, por atropellar físicamente y de manera sistemática a los periodistas desafectos al Amo, entre otras maneras de coartar su libertad de expresión, ahora pretende endilgarle a Henrique Capriles y su gente el andar maltratando a los frágiles e indefensos fablistanes del sistema de medios oficiales. Hasta el punto que el muy ingenioso ministro del ramo ha dicho que éstos usarán cascos cuando cubran los actos del feroz candidato. Y una dama maltratada en uno de esos abusos le atribuye al mismo Henrique el haberle ordenado a sus sicarios, con una mirada, que le diesen lo suyo sin piedad.

Uno solo se pregunta cómo la revolución pacífica pero armada, hasta los dientes y la indecencia, desde militares hasta matones a sueldo, tolera semejantes desmanes y asume esa beatífica condición de mártir, inspirada seguramente en Gandhi.

Otro caso no menos curioso es la acusación de que el Comando Venezuela falsificó un documento de nivel ministerial para injuriar a tres encuestólogos ya que prueba que son unos vulgares asalariados del gobierno.

En este se ordena pagar sendos viajes al exterior de los susodichos, en especial al señor de Hinterlaces, uno de los cerebros más confusos, "resemantizado", de ese peculiar oficio de contar los pollos electorales antes de nacer. Y bien, semejante delito, aquí y en Suecia, es digno de castigo severo. Pero no, los jueces de Econoinvest, Afiuni y Simonovis, los colegas de Aponte y Velásquez, en este caso han optado por la más timorata y temblorosa inacción.

Por no hablar del Comando Antigolpe para enfrentar el plan B de las huestes opositoras, aunque nadie imagina de dónde sacarán éstas el poder de fuego necesario si la Fuerza Armada es totalmente chavista, según dice el Comandante Presidente y corea su combo. En este renglón es notoria la labor preventiva del periodista Rangel que todas las semanas nos pinta una conspiración distinta, cada una más truculenta que la otra.

La lista es inacabable sobre el poder opositor y la indefensión gubernamental. Si hay apagones el guasón de Navarro dice que es un saboteo. Si las cárceles son miniEstados soberanos la culpa es de Globovisión que excita a los pranes. Si Colombia reclama el desastre militar y policial de la frontera son vainas de Uribe que es el mentor de Capriles. La ultimísima es que el Comando Venezuela lanzó a Diosdado Cabello, el pobre, como candidato oficialista, con todo y afiche.

No será tanta tramoya una respuesta a la manera en que Henrique maneja a sus agresores verbales, no parándoles un ápice.

Y mostrando que en el país prostituido por lustros de rabietas histéricas e insultos desaforados uno puede seguir siendo gente de bien.

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