Mi comentario de la semana
A propósito de este 1 de mayo en Moscú, la cuna de la malograda revolución proletaria, esa que en la mala hora de la historia fue pisoteada por ese máximo exponente del culto a la personalidad que fue José Stalin y todos quienes le precedieron en el curso de la llamada era soviética. Hablando yo con el director de Las Verdades de Miguel, le expuse mi interés por escribir acerca de mi corta estadía en la capital del imperio ruso. A Pepe no le gustó mucho la cosa alegando que en Venezuela estaban ocurriendo cosas mucho más importantes por las cuales escribir. Tiene razón Pepe, pero atendiendo a mi lejanía, quise que estas notas lleguen a nuestros lectores como una reflexión y un modesto aporte interpretativo de nuestra propia historia.
Sé que es imposible lograr este esfuerzo en tan breves líneas, pero vale el intento. Es la primera vez que vengo a Moscú y me sorprende que la avenida que acerca la ciudad al aeropuerto me recuerde a una nuestra, aquellas del petróleo perforado. Cuando busqué a una guía (casualmente llamada Natalia, como en la canción) y le dije que era venezolano se extrañó: cómo es eso, te dejó salir Chávez de Venezuela. Le aclaré que en Venezuela no había restricciones para salir de ningún tipo. Pero así es la percepción que se tiene de nuestro país en Rusia. Más adelante me hizo otro comentario un tanto jocoso: ustedes tienen su loco, nosotros tenemos el nuestro y lo llamamos Zhirinovsky. Pregunto por el personaje y me dice que se trata del presidente del Partido de la Izquierda, muy conocido por su locuacidad. Es plena primavera pero como si no lo fuera; me cuentan que, usualmente, por esta fecha la temperatura no es tan cálida. El Moscú que he conocido no termina de emerger de un fracaso, diría yo que el mayor de los engaños con el que vivimos durante nuestra agitada juventud. Inclusive, nos hicieron creer en un café Pushkin de la Plaza Roja, que fue una mentira porque no hay tal café en la Plaza Roja, como tampoco ésta debe su nombre en alusión al rojo del Partido Comunista, sino como un trato de los ciudadanos rusos a las cosas bonitas. Porque rojo en ruso es eso, bonito, adorno. Uno mira adonde está hoy el mayor Mac Donald del mundo, y cuidado (que me disculpen los camaradas si peco de hereje) si este comedero de chatarras y las consecuencias que trajo no marcó un hito tan importante en la historia de este lado del mundo como lo fue la revolución bolchevique. Las vueltas que da la historia. En todo caso, son sólo detalles que nos sacan de un embuste que todos presumíamos que lo era, pero que insistíamos en el sueño. Recuerdo que tan pronto Gorbachov rompió con su glasnost de casi 80 años de dominio pseudo obrero, en la sede del PCV en Caracas, los del buró político se repartieron las pocas migajas que quedaron de la ayuda soviética, mientras se desentendían de las imágenes y retratos de Lenin. 20 años no es nada y hoy acá en Moscú percibo cómo el sueño prometido por generaciones quedó sepultado y perdido entre los edificios tipo castillo, bautizados por la sapiencia popular como Los dientes de Stalin, en mención a quien ordenó su construcción. Hay otro monumento que llama la atención, se trata de un barco (al estilo de una carabela), con la enorme cabeza de quien aparece como su capitán, bautizado oficialmente como Pedro I; sin embargo, los moscovitas bien jodedores lo llaman Pedro Colón. Cuando indago me dicen que el alcalde Luzkov (el regalón, por su fama de regalarle cosas a los de afuera) lo mando a levantar para donárselo a España con motivo de los 500 años del “descubrimiento”. No obstante los españoles no lo quisieron porque tenían que pagar el flete de traslado; entonces, Luzkov decidió tumbarle la cabeza y en su lugar colocar una de Pedro I como homenaje a los 300 años de su natalicio. Por cierto, en Moscú le dicen tilo a lo que nosotros llamamos chimbo, y ello se debe a que la reina Catalina decidió un día levantar un bulevar con las características del Versalles francés y (como en París) ordenó sembrar robles en toda su extensión. Estos se secaron porque no se dan en Rusia y Catalina optó por el tilo, un árbol parecido. Desde entonces a lo falso se le llama tilo. A orillas del Lago de los Cisnes, en una colina, está Novodevichy, un castillo donde Pedro I enclaustró a la reina Sofía. Llegó la revolución y lo transformó en el Museo de la Emancipación de la Mujer. Con el derrumbe de la URSS volvió a ser un claustro albergando un convento de monjas, esta vez dirigido por la mujer que preparó el traje de Yuri Gagarin (el primer cosmonauta soviético). Hoy la vida moscovita transcurre en un ambiente donde lo político parece brillar por su ausencia y la juventud va en pro de un consumo que nada tiene que envidiarle a las grandes urbes occidentales. Lenin quedó solo, puede que rumiando su derrota y que sus preceptos hayan quedado para la mampostería. Los jerarcas del antiguo soviet son ahora los ricos y potentados, haciendo alarde de una vida suntuosa. Sus lujosos carros estacionados a lo largo de la sede del Parlamento trajeron a mi memoria una imagen de las cercanías a nuestra Asamblea Nacional. A los ricos que parió el socialismo real se les señala como los nuevos capos del postmodernismo. Ciertamente, que las ventajas que pudo lograr el pueblo durante la era soviética las ha pulverizado el mercado, con una diferencia, en este país las mansiones se asumen como fachadas que esconden muy de cerca a los villorrios miserables. Hoy, como siempre, los comunistas verdaderamente bolcheviques, son los renegados y piezas de museo. El progreso ahora lo representa la droga y la moda. Hoy el sueño socialista vive su Gulag porque tómbola nunca tuvo.
ALERTAS. Continúan los movimientos destinados a no esperar a las elecciones del 7-O y embarcarse en una aventura militar. Hay sigilo, pero se mueven, muy a la sombra, pero se mueven. La inusitada promoción que incluye señalamientos de narcotráfico a diestra y siniestra, pasa también por estimular el descontento penitenciario. Medios de comunicación, tanto externos como internos. Periodistas de acá y de allá.
PETROLEOS. Algo huele mal en Dinamarca, reza el dicho. En Moscú se negoció la conformación de una empresa de servicios que aparecerá bajo la razón social de Venrus. La misma adquirirá los activos y la contratación de los empleados de la rusa Gazprom. Para tal efecto, se tiene el traspaso de activos como aporte de capital, buscando por la vía del Seniat que se le exima 10% de impuestos para el incremento de capital. Que se les reciban los activos fijos para la capitalización de Venrus, todo por 8 millones 124 mil dólares. Al tiempo que se les permita negociar las cuentas por cobrar en 25.158.000 BF. Para darle formalidad a los aportes de capital se propone el traslado en 60 días de los empleados de Gazprom a la nómina de la nueva empresa. Asimismo, negociarían 40% de participación en la directiva de Venrus, cambiando los directores y suplentes de Gazprom, así como 40% en puestos gerenciales y en responsabilidades operativas.
EPITETOS. Leo sorprendido una nota atribuida al general Carlos Julio Peñaloza (ex comandante general del Ejército), donde se refiere al asesinato del general Wilme Moreno como un ajuste de cuentas. El escrito contiene una serie de incongruencias que, en criollo, nos hace pensar por dónde vienen los tiros. En la próxima edición voy a referirme al tema, sobre todo porque Wilme Moreno no se merece la versión de Carlos Julio Peñaloza.
BILLUYOS. Al empresario Juan José Moreno se le vio el miércoles antepasado en el acto que HCR celebró en Barquisimeto. Se le tiene como uno de los financistas de la candidatura de Capriles, a través de los grupos Vota Joven y Movimiento Jota. Moreno llego a la capital larense procedente de Caracas en su avión particular (un turbo commander siglas YV287), arribó en compañía de Roberto Patiño y de Brian Fincheltub. Moreno ha aportado un poco más de un millón de dólares, a través de Tomás Guanipa, Julio Borges y Carlos Ocariz, este último funge de padrino del financista, todo con el compromiso de que sea el abanderado de Primero Justicia a la Alcaldía de El hatillo.
POSTUMO. Recibo un email conteniendo un largo informe donde se detalla la defensa a Jesús Aguilarte Gámez, a quien se pretende hacer aparecer hoy como una víctima de sicariato ordenado por el narcotráfico, señalando al ex gobernador como miembro de un cartel. Tantas cosas se dicen, y tantas por decir, la necesidad de que se conozca la verdad sobre Jesús Aguilarte, nos conduce a un grupo de personas a escribir lo que sabemos de él, en lo humano, en lo social, en lo político, en lo familiar e incluso en lo económico. Se indica que Aguilarte era para Chávez un hijo, a quien se le dio la misión de expulsar a los adecos del Gobierno regional: En Apure no existía estructura revolucionaria de ningún tipo, y él comenzó ese duro trabajo, de penetrar las barriadas, los caseríos, los caminos llaneros, las urbanizaciones. Se destaca que Apure es un estado complicado, por su realidad fronteriza y la presencia de tres grupos irregulares. Enalteciendo su personalidad se expresa: fue un excelente amigo, hermano, compañero, gobernador y líder revolucionario, descuidado un poco, confiado en exceso, hay que decirlo, y esa confianza delegada en muchos que posteriormente lo acuchillaron y celebraron su derrota política, la exigencia de Chávez en entregarle la gobernación, y hasta su asesinato incluso. En el informe se da fe de que Aguilarte no fue un narco ni se enriqueció en el Gobierno. Se expresa que Chávez tiene una deuda moral con su madre, su esposa, sus hijas, sus amigos, en fin sus familiares. En cuanto a bienes de fortuna realzan que lo único que tenía era la casa de Libertad de Barinas, una casa humilde que le construyó a su vieja, que yace en una cama, muy enferma, sin medicinas a veces. Recuerdan que, en vida, la Gobernación de Apure le negó el pago de sus prestaciones sociales. Denuncian que igualmente se persigue a todo aquel que tuviera que ver con el ex gobernador asesinado. En un párrafo se expresa que inclusive no se permitió que sus restos fueran llevados a velar como un adiós, en San Fernando. El resto del contenido del correo (por cierto, bien extenso) aflora con lujo de detalles todo lo ocurrido en torno a la figura de Jesús Aguilarte Gámez, todo un repertorio de denuncias sobre quienes fueron sus enemigos políticos.
LIBROS. Hasta este próximo domingo, en el stand de EDIC VEN, en la feria de lectura de Chacao presente en la plaza Francia, en Altamira, se exhibirán y estarán a la venta los libros publicados bajo los sellos editoriales del bien recordado José Agustín Catalá. Son títulos dedicados fundamentalmente a difundir el pensamiento democrático y libertario, donde se exalta la obra de escritores, ensayistas, poetas e historiadores venezolanos, como lo fueron Alberto Ravell, Andrés Eloy Blanco, Rómulo Gallegos, Rómulo Betancourt y José Vicente Abreu, entre otros.
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