Vendedores ambulantes del casco capitalino protestan contra la Alcaldía de Libertador porque asigna permisos a unos, y a otros no. Dicen estar cansados del hostigamiento de la policía
ARIANA GONCALVES/TalCualDigital
Los trabajadores informales de las avenidas Baralt y Bolívar, en el centro de Caracas, protestaron para exigirle a la Alcaldía de Libertador que les otorgue un permiso para laborar en las aceras de la zona, ya que están cansados del constante acoso que les hace la policía. Sin embargo, la respuesta fue que horas más tarde de ese mismo día la Policía Nacional dispersó la manifestación a punta de bombas lacrimógenas.
Este diario realizó un recorrido para entrevistar a los afectados y dieran su versión de los hechos. Lamentablemente, algunos no fueron a trabajar porque las autoridades estaban rondando el lugar. Por otra parte, algunos de los que sí fueron a buscar su pan, no quisieron dar declaraciones por miedo a las represalias y otros porque no querían declarar a un periódico contrario al Gobierno.
Una trabajadora informal, que vende pan árabe, señaló que los policías hacen su trabajo y tienen que obedecer. A ella la mandan a recoger, pero no le quitan su mercancía. Dice que lo que vende le alcanza para comprar la comida del día a día y sus medicinas. Con respecto a lo qué ocurrió el lunes está en desacuerdo pues a su juicio las personas tienen derecho a trabajar. "Lo que deberían hacer es reubicarlos en lugares accesibles para los clientes y así ellos vender igual o más que en la calle".
INSEGURIDAD A FLOR DE PIEL
Otro buhonero que vende chocolates señaló que él gana más que un sueldo mínimo, entre 2.500 y 3.500 bolívares mensuales, todo depende del día. Aunque advirtió que mensualmente invierte 7.000 bolívares para comprar su mercancía.
En el momento que estaba entrevistando a los informales un sujeto robó, a mano armada, el morral de un transeúnte que se dirigía al metro; el maleante huyó corriendo. Una vendedora ambulante exclamó que los policías sólo los corren a ellos del lugar para que no trabajen en las aceras, pero no están cuando se necesitan.
HABLA CLARO Y RASPAO
Otro comerciante de chucherías, que se encontraba en la esquina El Chorro, indicó sin pelos en la lengua, aunque quiso reservar su nombre, que a los vendedores ambulantes no los dejan vender en las aceras. Cuando viene la policía les quitan su mercancía, no se las devuelven y tienen que volver a invertir.
Dijo que "es preferible ser buhonero que estar vendiendo drogas". Hay una persona encargada de decirle a ellos cuándo va llegando la policía al lugar y canta "la luz" para que todo el mundo empiece a recoger e irse, explicó. Denunció que los policías matraquean a los vendedores y les piden hasta 100 bolívares para "respetarlos".
"ALCALDE APOYA A UNOS"
Un telefonero de la calle señaló que ellos tienen un permiso para trabajar libremente en la plaza Francisco Narváez, ubicada en La Hoyada, y cada 3 meses les renuevan el contrato, porque le prestan un servicio a la comunidad.
Acerca de la protesta de ayer, considera que el Gobierno recuperó los espacios para mejorar la plaza y no puede permitir que los otros buhoneros vendan allí, ya que les reduciría el área a los infantes que juegan en la plaza.
Además, asegura que a esos mismos que se instalan en la plaza supuestamente les asignaron unos locales comerciales, pero no se mudan "pues dicen ellos que ahí no llegan los clientes". Ayer fue el día de parada de los buhoneros y aún así estaban trabajando cuando vieron a la policía y entraron con sus mercancías al metro.
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