JOSÉ GUERRA/TalCualDigital
No pierde uno la capacidad de asombro frente a los disparates del gobierno en materia económica. Pretendiendo regular los monopolios, están a punto de aprobar una ley sin ningún sentido que en realidad lo que va a significar es un castigo a las empresas grandes, que en Venezuela han logrado sobrevivir, frente al acoso y la hostilidad gubernamental. Las empresas crecen porque conquistan mercados con base en la calidad de sus productos, precios competitivos y la fidelidad de sus clientes.
También pueden las empresas aumentar su cuota de mercado por prácticas depredadoras para liquidar competidores y luego, desde una posición de ventaja, aumentar los precios. En Venezuela lo que ha ocurrido es que ha sido el Estado quien ha propiciado que pequeñas y medianas empresas salgan del mercado y con ello ha afianzado la posición de las grandes que todavía se mantienen e invierten.
Un monopolio es una estructura de mercado donde una empresa es la única que produce un bien, diferenciado de otro bien, para el cual no existen sustitutos cercanos. Un ejemplo claro de un monopolio es la provisión de electricidad. No hay un bien que sustituya a la luz eléctrica, una vez que se oculta el sol.
Los efectos del monopolio suelen ser dos, principalmente. En primer lugar, los monopolios suelen producir menos que una situación de competencia perfecta. En segundo término, los monopolios, debido a su poder de mercado, generalmente cargan precios más elevados por los bienes o servicios que generan. Por ello es que los monopolios deben ser regulados, para que no abusen con los precios.
Sin embargo, el proyecto de ley contra los monopolios que discute la Asamblea Nacional pareciera obedecer a un criterio estatista al darle luz verde a los monopolios estatales. Según el gobierno, los monopolios estatales son buenos y los privados son malos.
Conviene destacar que los monopolios no son los causantes de la inflación por cuanto ellos pueden influir sobre el nivel de los precios, mas no sobre su tasa de variación. Una revisión de algunos de las actividades económicas más importantes de Venezuela, pone de manifiesto que en realidad el monopolista en el país es el Estado, mediante la concentración en sus manos de sectores económicos completos donde no hay espacio para la empresa privada.
En el cuadro adjunto se puede observar que en las actividades económicas seleccionadas de producción de alimentos, no existen monopolios, estrictamente definidos. Lo que puede existir es una marca dominante, que es una situación de mercado diferente.
SERVICIOS
Donde sí hay claramente monopolios es en los bienes y servicios provistos por el Estado, desde la electricidad, pasando por la producción de insumos básicos, hasta la telefonía fija.
Igualmente mantiene una posición dominante el Estado en otros sectores fundamentales para la producción y distribución de bienes. Por tanto, la ley que discute la Asamblea intenta regular algo que no existe: los monopolios privados. A menos que con las clases que los viernes ahora imparte el comandante-presidente se adopte una definición novedosa de monopolio.
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