sábado, 23 de junio de 2012

La curiosidad movió el primer día de registro de huellas dactilares

Dalimar Adrián bajó a la estación el Metro Gato Negro y vio a un grupo de personas haciendo cola, vio el logo del Consejo Nacional Electoral y optó por preguntar. Una funcionaria le explicó de qué iba todo aquello y decidió quedarse a imprimir sus huellas en una de las dos máquinas disponibles hasta el 22 de julio.


Apurados como siempre, los caraqueños que transitaron este viernes por el Metro de Caracas se detuvieron por un momento a preguntar por la nueva instalación de puntos de registro del CNE, que esta vez estaban allí como parte fundamental de una jornada para actualizar las huellas dactilares, "llave de acceso" a la elección presidencial del 7 de octubre.

"Fue rápido", dijo, luego de dejar las marcas de sus índices y pulgares. "Esto es mejor hacerlo ahorita porque sino el día de la votación voy a tener que llenar una planilla", señaló refiriéndose a la forma de control de incidencia que deben cumplir los ciudadanos sin huella en los registro del CNE.

Lidia Guzmán venía de La Guaira y se disponía a tomar rápido el tren en la estación Gato Negro. Ver a un grupo de personas agrupadas en torno mesas del CNE la hizo recordar la publicidad que había visto, no sabe si en televisión o prensa, sobre la jornada "Pon tu huella".

Pensaba que registrarse "no era importante", pero "sí lo es", asintió luego. "Los invito a que vengan".


Huellas de trabajo

En la estación Chacaito estaban Marcelo León, Juan Emilio Mero, José Ospino, Pedro Bolívar e Hildo Hernández. Venían del laburo. Son constructores de uno de los edificios levantados en Caracas por la Gran Misión Vivienda Venezuela.

Tomaron el metro y, movidos por la curiosidad, se quedaron a ver por qué se hacía esa cola delante de una mesa con dos máquinas del CNE.

"Hay que registrarse, hay que votar", expresó Hildo Hernández, el último en actualizar, pero el primero en responder a las preguntas acerca de cómo había sido el proceso: "Rápido".

Su respuesta sorprende porque captar la huella de trabajadores que a diario mezclan sus manos con materiales abrasivos se toma unos minutos más. "Con nosotros fue rápido", aclaró.

Para Evelio Pérez, también albañil, no fue tan fácil. "Tardé como media hora", dijo sin queja.

Le indicaron que había sido así porque a la máquina le cuesta reconocer las manos de quien por más de 15 años ha trabajado con piedras, cal, cemento, cabillas, bloques y ha erigido un sinnúmero de casas, oficinas y edificios.

La rectora Tania D' Amelio explicó que el trabajo con materiales ásperos va desgastando las trazas dactilares, cuestión que ocurre generalmente con los pescadores, los artesanos y los zapateros, a quienes hizo un llamado para acudir en masa a la jornada "Pon tu Huella", aunque sea, de entrada, por curiosidad.


AVN

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