El Gobierno de Venezuela andaba como caballo desbocado en vísperas del 1º de julio, fecha cuando el Consejo Nacional Electoral levantó la bandera del arranque oficial de la campaña electoral para la Presidencia de la República.
Por un lado, el poder electoral fijó normas de propaganda electoral, que le dan claro ventajismo al candidato-presidente Hugo Chávez, al permitir sólo tres minutos diarios para la exposición de los candidatos en la televisión, mientras deja sin normar las cadenas presidenciales, ya conocidas por ser el maratónico frente de ataque que usa Hugo Chávez cada vez que quiere.
Por otro lado, prohíbe a los medios de comunicación que apoyen a un candidato presidencial. Esta es una medida que, sin ser adivinos, sólo aplicará para los pocos medios privados independientes que sobreviven al arrase de la hegemonía comunicacional, pues como es harto conocido los medios de comunicación del Estado están, como toda institución del Estado, bajo el dominio de Hugo Chávez.
Ese mismo ente electoral, le puso una piedra de tranca al voto de unos 20.000 electores residentes en Miami, en su mayoría sufragantes por la unidad democrática, al rehusar abrir una mesa de votación en Miami, con lo cual se les obliga a rodar más de 1.200 Km. hasta New Orleans para poder ejercer su derecho al voto el próximo 7-O.
Pero, pareciera que las riendas se terminaron de soltar, al grito de guerra a muerte “quien no es chavista no es venezolano” que lanzó Chávez cuando se conmemoraba el 191 aniversario de la Batalla de Carabobo.
Resulta que este jueves 28 de junio, luego de los largos años de asedio y cerco legal y fiscal a Globovisión, el único canal independiente de noticias del país, el Tribunal Supremo de Justicia le informó de manera intempestiva a los directivos del canal que se les aplicará “un embargo ejecutivo” a las propiedades de Globovisión por Bs.24.425.216. casi el triple de los Bs.9,3 millones que le impuso Conatel a la televisora el 18 de octubre de 2011 “por el comportamiento editorial y el tratamiento como abordó el medio de comunicación” la revuelta de El Rodeo en junio de ese año.
Con esto el TSJ ordena ejecutar una sentencia que NO está firme, pues la sanción impuesta por Conatel al canal está en proceso de apelación. Pero, Globovisión decidió pagar la multa illegal, mientras mantiene su apelación por lo improcedente de la misma, pues si se ejecutase el embargo la televisora quedaría fuera del aire, con sus estudios y tranmisores “custodiados” por un tribunal. Aunque, queda mucho camino por recorrer, recordar a RCTV.
Para un Gobierno que no admite el ejercicio de la libertad de expresión, que no tolera la crítica, que ha cerrado medios, agredido a periodistas, el “embargo ejecutivo” confirma que no dará paz ni tendrá misericordia con quienes le disienten y son la barrera que se le atraviesa en su meta de enquistarse definitivamente en la Presidencia de Venezuela.
VenEconomía se solidariza con Globovisión, con sus directivos y leales trabajadores, en esta amarga hora para quienes aman la libertad.
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