Foto cort. AVN
JOSÉ RUBICCO HUERTAS | EL UNIVERSAL
Venezuela se la jugó. Se jugó el físico, se jugó el orgullo, se jugó el honor. Apostó a todo o nada y ganó, con un escenario como El Poliedro que se rindió a sus pies. La fase de cuartos de final en el Preolímpico está al alcance. Ya la acaricia.
Venezuela se la jugó. Se jugó el físico, se jugó el orgullo, se jugó el honor. Apostó a todo o nada y ganó, con un escenario como El Poliedro que se rindió a sus pies. La fase de cuartos de final en el Preolímpico está al alcance. Ya la acaricia.
La Venezuela de Héctor Romero, con un bloqueo inmenso en los segundos finales; la de Greivis Vásquez con sus 24 puntos; la de Windi Graterol con un trabajo encomiable en los tableros, al rescate de un comprometido Gregory Echenique con cuatro faltas; la de David Cubillán con su sólida conducción y robos de balón, en fin, la de todos, venció a Nigeria por 71-69 en su primer compromiso por el grupo B en la cita deportiva que da tres cupos a los Juegos de Londres 2012.
Un triunfo que da tranquilidad al cinco vinotinto, que asumirá esta noche su segundo partido ante Lituania. Pero más allá del resultado que tenga, solo un descalabro luego de la última fecha de la ronda inicial podría dejarle fuera.
Defensa, bendita defensa, esa que marca de la diferencia entre los buenos equipos y los equipos de élite, fue la clave ante los africanos, que no regalaron nada, que aprovecharon cada resquicio para golpear con contundencia a Venezuela, pero que al final se quedaron cortos en el intento.
Con 20 segundos para que expirara el tiempo reglamentario y Venezuela arriba en el marcador por 70-67, el centro Ekene Ibekwe atacó el aro, pero fue víctima de un soberbio bloqueo de Romero en las alturas, que permitió a los criollos recuperar el balón. Lo demás fue cerrarle el aro al rival, para que explotara el júbilo en el Domo de La Rinconada.
"No es fácil jugar contra hombres que miden 2,10 metros y muchos más pesados que uno, pero mientras se juegue con corazón siempre se puede. Solo salté y logré un bloqueo limpio, pero el mérito es del equipo, que jugó una gran defensa", soltó Romero.
Pero si "Pepito" fue importante, que no decir de Vásquez. En el tercer cuarto cargó con la ofensiva, esa que no aparecía. Se tomó el juego para sí, con esa energía, esa adrenalina que hace que se tome la camiseta y se de golpes en el pecho, porque ese es Greivis, guste o no, y lideró al equipo con 12 puntos solo en ese lapso, para sacar una ventaja que era necesaria, que al final del cuarto se diluyó, pero que ayudó a Venezuela a tomar confianza para el período de cierre.
"Lo que pasó en este juego fue una mezcla de muchas cosas, la primera vez en El Poliedro, con un llenazo total y no es fácil mantener la calma porque este grupo es joven, le falta experiencia, Pero jugamos con orgullo, con compromiso. A lo mejor a muchos no le gusta la forma como me comporto en cancha, pero así soy yo para bien o para mal".
Venezuela demostró que puede jugar y que puede soñar, hablando del sueño olímpico. Lo de anoche fue un pequeño paso. Falta camino, mucho, pero ya dio un primer paso.
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