Cuando fueron nombrados los rectores y los demás militantes de los poderes públicos, se fabricaron con el propósito ya planificado de construir un Estado Corporativista
CARLOS FERNÁNDEZ CUESTA/TalCualDigital
Este tema del papel del CNE, es un asunto que conserva su plena vitalidad y vigencia para la discusión. Por lo pronto aclaro de entrada, que no vengo de las pandillas de genios de la electrónica y otros especímenes, profesionales todos de que Chávez gana por las triquiñuelas y complicidades de ese organismo y la 4 tortolitas que colocó el oficialismo para montar un simulacro de elecciones, que en rigor no lo son.
Efectivamente el CNE es un instrumento para producir el desbalance y su parcialización a favor del Presidente, pero su actividad en sí misma es sólo una parte de otros elementos que hacen que la diferencia de votos se abulte a favor del" vitalicio", actuando por acción u omisión y en comandita con Miraflores, donde reciben directas instrucciones con apoyo de la FANB y el partido-Estado PSUV.
Si algo está claro, es que ese CNE no sólo no es imparcial en su composición sino que en cierta forma despliega conductas semidelictivas. Sus lazos con el poder central son inocultables y toda actividad normativa tiene la finalidad de beneficiar la victoria del Presidente y perjudicar la de sus adversarios.
En otras palabras, cuando es Chávez el que está en juego, es que enseña su rostro más oscuro al ceñirse a sus más siniestras maneras de complacer la idea presidencial de quedarse para siempre en el poder.
Cuando fueron nombrados los rectores y los demás militantes de los poderes públicos, se fabricaron con el propósito ya planificado de construir un Estado Corporativista. El CNE es una pieza clave en ese tinglado y como el TSJ y las otras instancias están allí para expresar esa nueva institucionalidad del Estado Chavista.
Vienen cumpliendo el papel que les asignaron, pero no para cometer fraude con las máquinas, hay otras fórmulas más efectivas, promesas, y el reparto del presupuesto junto a la operación chantaje con los remolques, amén de la invasión abrumadora de los medios.
El CNE es la joya de la corona del Estado totalitario personalista, vale decir, viene a cohonestar, es decir, "dar apariencia de justa o razonable a una acción que no lo es. El fuerte busca razones con que cohonestar sus violencias". Hay un caso curioso de la clase que dictara el magistrado Ocando Rosales y es allí a donde nos quieren llevar. En una clase que Chávez calificó de magistral.
Afirma el licenciado citando al jurista nazi Carl Schmitt, quien criticó el individualismo subyacente a la democracia, al considerar que el pueblo era propiamente masa, que adquiría una identidad por adhesión a un líder carismático, y por enfrentamiento al "enemigo", categoría fundamental en la constitución de un pueblo y que se establecía por decisión arbitraria del líder".
Chávez perdió popularidad, pero ganó en astucia y técnicas en los manejos de los trucos que le han dado el poder. El CNE jamás va a cambiar, los que necesitamos cambiar somos nosotros para derrotar al Estado. En las regionales la logística y el orden son diferentes a las presidenciales. Las disputas internas y codicias personales dispersan sus fuerzas y son derrotables. Las regionales son una oportunidad de revertir y sacarnos el golpe.
Votando, convirtiendo nuestra frustración en fuerza y energía, en convencernos de que si bajamos los brazos sin pelear el chavismo finalmente habría logrado su objetivo y sepultaría el fervor, convicción y principios que nos han inspirado. No permitas que se cojan el país. Vota.
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