viernes, 5 de abril de 2013

El reino de la escasez

Alerta Carlos Larrazábal, presidente de Conindustria. Faltan divisas y materias primas. Problemas económicos con la escasez de dólares para importar y pagar deudas a los proveedores. Las empresas básicas requieren con urgencia insumos, lo cual se complica con la congelación de precios

JOSÉ SUÁREZ NÚÑEZ/TalCualDigital
En una declaración sobre la encuesta de la Coyuntura Trimestral del cuarto trimestre del 2012, Carlos Larrazábal dijo que la disminución de los inventarios de materias primas, por la paralización de entrega de divisas, va a originar una caída de la producción doméstica, que afectará el suministro de productos de consumo masivo.

La referencia básica se remite a que los retrasos de Cadivi superaron los seis meses. Las empresas han estado trabajando con los inventarios de materias primas, que están a punto de agotamiento, y no pueden adquirir nuevos compromisos de compra, ya que los proveedores exigen la cancelación de la deuda anterior, porque las divisas no llegaron.

En una rápida revisión del sector de la confección, dijo que sólo disponen de insumos para una actividad de 60 a 90 días como máximo, porque en esta área la entrega de divisas lleva una demora de más de 250 días.

Los fabricantes de autopartes tienen una situación más crítica, porque desde el 15 de julio de 2012, recibieron de la Autoridad de Adquisiciones de  Divisas (AAA) y esperan el reconocimiento de 104 millones de dólares, del dólar a 4,30 bolívares.

Las empresas de alimentos tienen de la AAA, autorizaciones de 895 millones de dólares desde  antes del 15 de octubre del 2012; la industria de medicamentos reporta una deuda de más de 1.540 millones de dólares; el sector químico 74 millones de dólares; el metalúrgico 80 millones de dólares; los refractarios, vidrio y cerámica 20 millones de dólares, y los textiles 4 millones de dólares.

Las empresas de alimentos y medicamentos están en una situación más sensible, porque están sometidas a estrictos controles de precios, calculados a una tasa de 4,30, y ahora deben cancelar la deuda contraída con los proveedores internacionales a 6,30, que los llevaría a una asfixia económica total.

El derrumbe de la producción envuelve en un círculo conflictivo el  suministro al mercado doméstico. Larrazábal expresó que los lapsos establecidos por el convenio cambiario número 14, y el tiempo que duran los procesos de importación, es casi imposible que ninguna empresa pueda cumplir para que se le reconozca el dólar, a un valor de 4,30.

Hasta ahora ningún sector ha podido reportar el reconocimiento de la deuda a ese valor monetario. Esta situación representa una pérdida de tiempo significativa  para las empresas,  debido a que esas importaciones ya se realizaron, los productos fueron elaborados, se distribuyeron, comercializaron y hasta consumidos en el mercado nacional.

Ahora están la obligación de cancelar la deuda en divisas a la nueva paridad, una cuestión que es imposible. El mecanismo que se estableció para sustituir el Sitme (eliminado el 8 de febrero pasado), no cubre los requerimientos de la industria, y se ha mantenido bajo un clima de “secretismo”, al desconocerse el precio al que fueron vendidas estas divisas, ni a las empresas a las que fueron adjudicadas.

Existe una justificada preocupación en Conindustria, agregó Larrazábal, de que el Sistema Complementario de Divisas (Sicad) no solucionará la falta de acceso a los dólares, para la pequeña y mediana industria, ni tampoco se ha definido como se pagará la deuda con los proveedores internacionales.

En ese aspecto, el presidente de Conindustria advirtió, que las medidas aisladas en materia cambiaria, no transmiten confianza y es muy probable que no se producirán los resultados esperados.

Es de suma importante para el gremio manufacturero, según Larrazábal, que el Gobierno reconozca el impacto que origina la devaluación de los precios en los productos controlados, al igual que lo hizo con los productos y servicios del Estado, como la Unidad Tributaria y los bienes elaborados por las empresas básicas Sidor, Venalum y Pequiven, entre otras.  Estas empresas ajustaron sus precios en forma lineal, casi de inmediato al producirse la devaluación.

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