Lo único que ha aumentado en la telefónica es el número de trabajadores; de seis mil pasaron a nueve mil en el transcurso de los dos últimos años. En general, sus gastos se incrementaron en 35%, un salto con garrocha respecto a los años anteriores
SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Ya Cantv, que había adquirido un carácter modélico en tanto que empresa estatal eficiente, agarró la autopista hacia la desmejora. Según los datos proporcionados por su propia directiva, sus ganancias del 2012 respecto al 2011 experimentaron un bajón y en las del primer trimestre de 2013 en relación con el mismo periodo de los dos años anteriores también registran una sensible disminución.
Lo único que ha aumentado en la telefónica es el número de trabajadores; de seis mil pasaron a nueve mil en el transcurso de los dos últimos años. En general, sus gastos se incrementaron en 35%, un salto con garrocha respecto a los años anteriores.
Parece obvio que a ese incremento no es ajeno el ingreso de miles de compañeritos de partido que cobran sin hacer nada. Como si fuera poco, en los últimos años las deudas de Cantv han crecido exponencialmente y para el cierre de 2012 montaron a 1.300 millones de dólares.
No ha sido endeudamiento para mejoramiento en infraestructura y tecnología porque la empresa se ha quedado atrás de sus competidoras, sino en gastos absolutamente ajenos a los propósitos de una empresa de telecomunicaciones. De paso, el propio gobierno le debe más de 300 millones de dólares a Cantv, lo cual ciertamente no es una contribución a la mejoría de su balance.
No hablemos del servicio. Ya volvimos a los viejos tiempos, cuando esperar por la reparación de una avería podía tomar hasta un año. En fin, es verdad que las empresas estatales tienen mala reputación porque son como pila de agua bendita, donde todo el mundo mete la mano, pero lo que está ocurriendo en la era chavista no tiene precedentes porque a la ignorancia se suma una avidez cleptocrática de alto voltaje, que ni Pdvsa aguanta. ¿Qué quedará de este país si esta gente sigue gobernándolo?
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