Las contradicciones en el seno del gobierno chavo-madurista son cada vez mas evidentes e inocultables. Ya se produjo el primer estallido público del conflicto interno. Merentes, quien venia ejerciendo como una suerte de primer ministro en acción, ha sido bruscamente degradado.
SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Las contradicciones en el seno del gobierno chavo-madurista son cada vez mas evidentes e inocultables. Ya se produjo el primer estallido público del conflicto interno. Merentes, quien venia ejerciendo como una suerte de primer ministro en acción, ha sido bruscamente degradado.
El chavo-madurismo ha creado un organismo que llaman Consejo de Ministros Revolucionarios. Lo que en este aparato atrae la atención no son los nombres de quienes lo integran, que son los que ustedes, estimados lectores imaginan sin necesidad de oír o leer las noticia, sino la prominente ausencia en ese roster del ministro Merentes.
Punto para Diosdado y su aliado Jaua, al parecer. El próximo paso no seria extraño que fuera el de enviar al ministro de Finanzas a las yermas tierras del olvido, sacándolo del gabinete. Diosdado Cabello continua ampliando su área de influencia y poder.
¿Le tiene la vista puesta al cargo que ejerce Maduro? Podría apostarse que sí, pero este sería un paso que requiere más paciencia. Virtud que, por cierto, al decir de quienes lo conocen, parece que le sobra al exteniente y hoy presidente de la Asamblea Nacional.
A Chávez le aguantó, sin revirar, todos los regaños que el hombre solía propinar cada vez que cogía una calentera, cuyos platos rotos no con poca frecuencia pagaba Diosdado.
Por lo demás, el inefable Consejo de Ministros Revolucionarios no es sino una tentativa de regularizar la guerra interna, creando un terreno donde puedan discutir y procesar sus diferencias menos traumáticamente y no cada quien por su lado, tirándole punticas a los otros. Vamos a ver cuánto dura y si es verdad que opera ese nuevo mamotreto.
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