sábado, 15 de febrero de 2014

Con proyectiles blindados mataron a Dacosta y a Montoya

THÁBATA MOLINA |  EL UNIVERSAL
Un proyectil blindado fue el que acabó con la vida de Bassil Alejandro Dacosta Frías, el joven de 24 años que cayó herido en la esquina de Tracabordo el miércoles a las 2:30 p.m., aproximadamente, según el informe elaborado por la División Contra Homicidios del Cicpc.


A pesar de que la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, indicó que sería la Unidad de Criminalística la encargada de las pesquisas, es la policía científica la que se ha encargado de todo el proceso investigativo, bajo la supervisión de la Fiscalía 35 del Área Metropolitana.

El documento señala que el proyectil calibre 9mm que impactó a Dacosta estaba ligeramente deformado y que entre las esquinas de Monroy, Tracabordo y Ferrenquin de Candelaria fueron hechas tres inspecciones en las que se colectaron dos conchas marca Cavim y dos marca WCC (Winchester Cartridge Company).

Los investigadores determinaron que lo ocurrido la tarde del martes 12 de febrero después de la marcha que tenía como fin llegar a la Fiscalía General de la República, fue registrado en tres cámaras de vigilancia: dos instaladas en un edificio privado y otra perteneciente a la Policía Nacional Bolivariana.

Al cadáver de Dacosta también le practicaron una prueba de análisis de traza de disparo (ATD) para descartar que haya accionado algún arma de fuego. Al caer herido el muchacho sufrió algunas excoriaciones en los labios y la región izquierda del rostro.

Un hombre identificado como José Molina Marín, que rindió declaraciones ante el Cicpc, contó que tanto él, como Juan Montoya" se desplazaban por las adyacencias de la Plaza Candelaria, frente al edificio Dolaroy, en compañía de varios colegas a bordo de 30 motos", dice el informe de la policía.

Pero además, en el testimonio dado por Jhorman Valero y Neixer Arellano (primos de Dacosta), indica que quienes los atacaron eran hombres que llegaron a la zona en unas motos.

Juan Montoya recibió un tiro con un proyectil blindado en la región nasal que se le alojó en el bulbo cerebeloso. A su cadáver también le practicaron la prueba de ATD. Extraoficialmente se supo que investigan una presunta venganza en el caso de la muerte de Montoya, pues él se fue hasta Candelaria por una llamada que recibió cuando estaba en La Pastora.

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