ANTONIO MARIA DELGADO/ADELGADO@ELNUEVOHERALD.COM
Miles de estudiantes retomaron el jueves las calles de Venezuela para continuar las protestas contra el régimen de Nicolás Maduro, desafiando sus amenazas de asumir una línea mucho más dura contra ellos tras acusarles de participar en un “golpe de Estado en desarrollo”.
Las manifestaciones, que el miércoles dejaron un saldo de tres muertos y 66 heridos, profundizan la crisis político-económica que enfrenta Maduro, cuyo régimen ordenó en la madrugada el arresto del líder opositor Leopoldo López por su presunta participación en los planes de desestabilización.
López pasó la mayor parte del jueves en su casa, acompañado por sus abogados, esperando la visita de los agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional que recibieron las órdenes de arrestarlo.
Cerca de 2,000 estudiantes marcharon nuevamente en Caracas, extendiendo a 10 el número de jornadas consecutivas de protestas. Las manifestaciones fueron realizadas en desafío a la advertencia del régimen de que detendría a todo el que saliera a marchar sin permiso.
“¿Quiénes somos? Estudiantes. ¿Qué queremos? Libertad”, fue el grito de batalla de algunos de los jóvenes que se manifestaron sin incidentes durante horas mientras llevaban pancartas con consignas como “No más violencia, no más represión” o “Este gobierno va a caer”.
Otros, que exigían justicia para los estudiantes que murieron el miércoles, gritaban: “Maduro, cobarde, asesino de estudiantes”.
Los manifestantes se desplazaron por varias cuadras rumbo a la autopista que enlaza de este-oeste la capital y bloquearon los dos sentidos de circulación. Los manifestantes abrieron finalmente el paso vehicular sin incidentes violentos.
Maduro, en un encendido mensaje por radio y televisión, denunció que estas acciones demostraban que su gobierno estaba siendo víctima de un golpe de Estado.
Pero analistas consultados dijeron que las acciones del gobierno ante las manifestaciones de los estudiantes y de la población, y en particular los violentos ataques emprendidos el miércoles por grupos armados dejaron al relieve una intencionalidad del régimen de agrandar el caos, con miras a facilitar la suspensión de las garantías constitucionales.
“Maduro no tiene más alternativa que tratar de hacer algo así”, comento en Miami el asesor político venezolano Esteban Gerbasi.
“Para justificar la crisis económica que es inmanejable, con los anaqueles de los supermercados vacíos, la no existencia de los repuestos de carros, la falta de medicamentos que ya no se encuentran en el país, y en definitiva para poder él mantenerse en el poder en ese contexto, él necesita irse sobre la Constitución y las leyes, y asumir los poderes especiales que le otorga un autogolpe”, explicó.
Entre tanto, representantes del partido de Leopoldo López, Voluntad Popular, dijeron que el dirigente aguardaba tranquilamente su arresto.
“[López] está en Venezuela” y no tiene planeado salir del país porque “no tiene rabo de paja y no tiene miedo”, dijo Carlos Vecchio, dirigente del partido, en una conferencia de prensa.
El dirigente tomó la oportunidad para rechazar las acusaciones formuladas contra López, enfatizando que fue el régimen el verdadero autor de la violencia del miércoles.
“Es el gobierno el que ha orquestado un plan”, agregó.
El canciller Elías Jaua afirmó el jueves que el gobierno tomará “medidas de Estado” para garantizar el orden en todo el país y evitar la violencia, pero no detalló cuáles serían las disposiciones.
Jaua responsabilizó de forma directa a López y a la diputada opositora María Corina Machado por los hechos del miércoles.
El canciller informó a la cadena regional Telesur, que la cúpula gubernamental se reunió durante la madrugada con Maduro para evaluar las acciones. “No vamos a permitir que digan que en Venezuela hay una dictadura y no se respetan los derechos humanos”, señaló.
La organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch expresó en un comunicado que “Venezuela necesita con urgencia que estos asesinatos sean investigados y que los responsables sean llevados ante la justicia, independientemente de cuál sea su pertenencia política”.
“Lo que Venezuela no necesita es que las autoridades usen a opositores políticos como chivos expiatorios o cierren medios de comunicación cuya cobertura les disgusta”, dijo el director para las Américas de esa organización José Miguel Vivanco.
En analista político Rafael Revilla dijo en Miami que las manifestaciones estudiantiles constituyen una grave amenaza para la sostenibilidad del régimen de Maduro, cuya popularidad se ha venido abajo en medio de la aguda escasez de productos por la que atraviesa el país.
“Si estas protestas se mantienen, y siguen creciendo como hemos visto en los últimos días, no hay manera de que este régimen pueda sostenerse de pie”, dijo Revilla.
Y las reacciones represivas del régimen solo servirán para atizar el creciente descontento contra el régimen.
“Eso solo le hecha gasolina al fuego, y aquí cabe la interrogante. ¿Está la fuerza armada tan homogénea como ellos dicen? Yo no lo creo”, expresó.
El Nuevo Herald
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