Los vecinos de La Pastora están orgullosos de contar en su parroquia con una de las pocas plazas que se conservan en la ciudad desde el siglo XVIII, pero lamentan que las autoridades no traten a este espacio con el respeto patrimonial que 250 años de historia merecen.
Las últimas intervenciones que se hicieron en la plaza José Félix Ribas o plaza de La Pastora tuvieron lugar hace un mes en el marco de la Misa del Deporte, pero para mejorar la iluminación se llevaron los faroles originales y los sustituyeron por unos "genéricos".
Además de eso todavía hay muchos bancos destruidos, las jardineras parecen fosas cuya única función parece ser recibir los excrementos de los perros, las cuatro fuentes ornamentales no funcionan y cuando se abre el curso de agua terminan formando pozos que con criaderos de zancudos.
Además los propios vecinos han terminado formando un basurero frente a la iglesia, situación que se agrava porque el pasado fin de semana un camión rompió la defensa y los escombros quedaron en la vía .
La esquina La Pastora también es un depósito de basura, a pesar de que está frente a un colegio (Esteban Gil Borges) y a una cuadra de otros dos (el Urdaneta y el Rivas).
Justo Ramos dice que agradece que el mes pasado por lo menos se le hicieron algunos arreglos, pero cree que los mismos deberían hacerse con el respaldo de expertos en restauración patrimonial.
Luis Ramírez califica los trabajos como un "remozamiento de utilería barata", y dice que debería haber un esfuerzo para que entre autoridades y vecinos lograr que esta plaza recupere su aspecto original.
Denuncia además el estado de abandono en que se encuentra la Casa de la Cultura, a un lado de la plaza, así como recuerda que los laterales este y oeste son en teoría caminerías pero en la práctica son utilizados por carros y motos. JB
Cort, El Universal
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