Un panfleto amenazante han recibido los vecinos de las comunidades de Casalta y Propatria, al oeste de Caracas. Se los han dejado bajo la rendija de la puerta. Es una forma de intimidación política que busca evitar que los ciudadanos que no comulgan con la revolución se manifiesten públicamente, seguro para evitar que otros se animen y le sigan el ejemplo.
El Gobierno nunca ha tenido interés en ponerle coto a los grupos violentos, porque saben que es una forma de conseguir fidelidad, así sea a carajazos
Cort. TalCualDigital
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