Foto referencial |
El crimen ocurrió el pasado sábado en la localidad de Molina, a unos 210 kilómetros al sur de Santiago, en la región del Maule, y la mujer, identificada como Roxana Valdés Cano, se entregó 24 horas después a la policía abrumada por los remordimientos.
Según los antecedentes del caso, la mujer descubrió el sábado que su pareja y padre de su hijo de ocho meses, Claudio Muñoz Ramírez, de 43 años, le había sustraído cinco millones de pesos (unos 9.000 dólares) que guardaba en su casa.
La mujer, presa de la furia, tomó un revólver y le disparó varios tiros en la zona torácica a Claudio Muñoz, que murió en el acto, relató a los periodistas el mayor de Carabineros Pedro Díaz.
Acto seguido, descuartizó el cadáver, echó los restos en una marmita y los hirvió durante varias horas.
"La zona de la cabeza también estaba separada del cuerpo", precisó el oficial de policía.
Posteriormente, Roxana introdujo los restos en bolsas de basura y los llevó en su automóvil a un lugar en las afueras del pueblo donde los arrojó para deshacerse de las evidencias.
Sin embargo, la mujer no pudo con el peso de su conciencia y la noche de este domingo se presentó en la comisaria del pueblo y confesó el crimen.
Según las fuentes, la pareja mantenía una relación tortuosa y la mujer había anteriormente denunciado al hombre por violencia intrafamiliar.
Roxana Valdés pasará este mismo lunes a disposición de un tribunal, dijo la policía.
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