SEBASTIÁN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Hasta el pasado domingo 6 de abril la morgue de Bello Monte había recibido 87 cadáveres, lo que da un grave promedio de más de 14 muertos por día. La abrumadora mayoría de ellos eran ciudadanos asesinados en diferentes puntos de la capital. Entre ellos, estaban los cuerpos de Gustavo Giménez y Luis Daniel Gómez, a quienes les quitaron la vida en el parque nacional El Ávila, justo tres meses después de que fuera asesinada la actriz Mónica Spear y su exesposo.
El crimen ocurrido en El Ávila no ha tenido la misma repercusión que produjo el asesinato de la actriz, que conmocionó al país provocando que el Gobierno de Nicolás Maduro convocara a representantes de la oposición y anunciara el plan número 22 para enfrentar la inseguridad. Los resultados obtenidos en este trimestre demuestran, lamentablemente, que este último plan corrió la misma suerte que los anteriores: es un fracaso total.
El Gobierno, experto en buscar excusas y no asumir responsabilidades, señala a las guarimbas y a las protestas que se han venido produciendo desde el pasado 12 de febrero, como las causas para que el referido plan no haya funcionado, pero la experiencia de todos estos años demuestra, otra vez, que las medidas implementadas no han sido efectivas.
Volviendo a los promedios, desde 1999 se han puesto en práctica más de un plan contra la inseguridad por año, y en la mayoría de ese lapso no había guarimbas, pero sí mucha incapacidad.
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