La religiosidad de la periodista Maripili Hernández nadie la pone en duda. Se fue con Diosdado en marzo cuando el Papa Francisco asumía su pontificado, y ahora aprovechó otra colita con el canciller Elías Jaua el fin de semana para participar en la comitiva que presenció la santificación de Juan Pablo II y Juan XXIII
La religiosidad de la periodista Maripili Hernández nadie la pone en duda, ni siquiera es fruto de nuestro interés saber cuántos golpes de pecho se da cuando confiesa sus pecados. Lo que sí nos llama la atención es, a cuenta de qué, la comunicadora es la acompañante oficial de todos los viajes de Estado al Vaticano.
Se fue con Diosdado en marzo cuando el Papa Francisco asumía su pontificado, y ahora aprovechó otra colita con el canciller Elías Jaua el fin de semana para participar en la comitiva que presenció la santificación de Juan Pablo II y Juan XXIII.
Maripili tiene uno de esos cargos políticos que se inventó la revolución para darle paga a sus compadres, justificándolos con rango de ministerios: es ministra de Estado para la Región de Defensa Integral Oriental. Del oriente del país, para despejar cualquier duda. A Maripili se le nota en las fotos el gustazo que le da conocer al Papa, quizás ese era uno de sus sueños... y la revolución se lo concedió.
Cort. TalCualDigital
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