domingo, 12 de diciembre de 2010

Chávez intenta mejorar su imagen

POR ANTONIO MARIA DELGADO/ADELGADO@ELNUEVOHERALD.COM
Impulsado por un inquietante deterioro de su popularidad, el presidente Hugo Chávez redobló sus esfuerzos por recuperar las simpatías de los venezolanos aumentando el tiempo que aparece por televisión y haciendo uso de la grave situación provocada en el país por las lluvias para realzar su imagen.
Encuestadores venezolanos comentaron a El Nuevo Herald que la popularidad de Chávez ha disminuido entre 25 y 32 puntos porcentuales en los últimos cinco años debido al natural desgaste político asociado con una larga permanencia en el poder, y la percepción de que su gobierno es ineficiente para tratar los principales problemas del país.
No obstante, los expertos señalaron que Chávez sigue siendo un gigante sin rivales dentro del escenario político de Venezuela y que la caída de popularidad no es irreversible de cara a las elecciones presidenciales del 2012.
Es más, Chávez se encuentra en plena campaña para revertirla, afirmó el director de la encuestadora venezolana Datanálisis, Luis Vicente León.
"La aparición de Chávez ante los medios ha aumentado dramáticamente en los últimos meses'', comentó León. "Y no sólo se trata del presidente, sino que toda la publicidad oficial también ha aumentado''.
Según León, el esfuerzo está ayudando a Chávez a contener el declive de su popularidad, que según León se encuentra ligeramente por debajo de los niveles de aceptación de la oposición por una relación de 48 frente a 52 por ciento.
Esa relación coincide con los resultados oficiales que obtuvo el gobierno en las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre.
Pero Alfredo Keller, presidente de la encuestadora venezolana que lleva su nombre, dijo que el deterioro de la popularidad de Chávez es algo mayor.
Según el recién elaborado estudio trimestral de Alfredo Keller y Asociados, la popularidad de Chávez ronda en el orden del 43 por ciento mientras que la percepción negativa en torno a su función es de 46 por ciento.
"Este es el indicador más bajo que ha tenido desde el 2005'', sostuvo Keller.
Esa lectura está basada en el promedio de una serie de indicadores que miden la percepción de la ciudadanía en diferentes áreas, incluyendo la situación general del país, la economía familiar, la gestión del gobierno y la intención de voto.
"El promedio ponderado de esas variables en el 2005 era de 72 por ciento y hoy en día está cerca del 40 por ciento'', comentó Keller.
Esto, sin embargo, no significa el fin del líder de la revolución bolivariana.
"Chávez ha perdido terreno pero no está destruido; está fuera de su ‘zona de comfort', pero esto no quiere decir que no pueda regresar'', comenta León. "De hecho, individualmente sigue siendo la primera fuerza en el país''.
Agregó que la correlación de fuerzas entre gobierno y oposición sigue estando muy pareja y que la posibilidad de que Chávez vuelva a reconquistar la mayoría no es descabellada.
Chávez podría conseguir ese propósito a través de un aumento del gasto público para programas sociales, el lanzamiento de nuevas misiones, o haciendo uso de algún evento político o territorial que pudiera aprovechar, dijo León.
Actualmente, Chávez parece estar aprovechando la crisis generada en el país por las inundaciones para realzar su imagen entre la población.
La incautación temporal de hoteles para hospedar a los damnificados, el traslado de algunos de ellos a bases militares y la incautación de algunos edificios y casas de veraneo para que sirvan de albergues hace muy poco para solventar el problema, en un país cuyo déficit habitacional supera los dos millones de unidades.
Pero envía un mensaje poderoso que podría ayudarle a realzar su imagen entre los sectores de más bajos ingresos.
"Los estrategas de la sala situacional del gobierno han recibido las lluvias, que torrencialmente y sin tregua han caído sobre el territorio nacional, literalmente como un obsequio del cielo'', señaló el último informe de la encuestadora venezolana Hinterlaces.
"La tragedia, la emergencia, el drama humano, les ha permitido colocar al presidente en plan protagónico en la interpretación de un libreto radical montado en un escenario ideal'', señaló.
La circunstancia es muy útil en este momento porque cualquier esfuerzo oficial de realzar la imagen de Chávez a través de un aumento del gasto social podría resultar ser demasiado costoso.
Este tipo de esfuerzos ha demostrado ser ineficiente en el pasado y tendría ahora que ser mucho mayor y estar mejor administrado.
"Es cada vez más difícil adquirir el respaldo de la población a través del gasto público'', comento León. "Esto no quiere decir que no se pueda hacer, sólo que ahora requiere de un mayor gasto que sería más difícil de organizar y de administrar''.
También está el riesgo inflacionario asociado con un mayor gasto público.
El país está en vías de registrar este año una tasa de inflación por encima del 25 por ciento, una de las más altas del continente, y verter dinero sobre el problema de la popularidad podría exacerbar esa tendencia en los meses previos a las elecciones presidenciales.
Keller señaló que Chávez, además del natural deterioro político derivado de haberse mantenido en el poder por más de 11 años, debe lidiar con otros dos factores que juegan en su contra.
El primero de ellos es la falta de credibilidad en torno a su gestión pública.
"Hay una lectura tremendamente alta de la ineficiencia del gobierno y, en consecuencia, hay un voto de castigo implícito en estas conductas porque la insatisfacción con la gestión es muy elevada'', explicó Keller.
Chávez sale muy mal parado cuando los electores son consultados sobre la gestión del gobierno para resolver lo que perciben como los principales problemas del país, que incluyen la delincuencia, la corrupción, el narcotráfico, el desempleo, el costo de la vida, la pobreza, la falta de viviendas y la economía.
El resultado de esta evaluación le da al gobierno una lectura de 17 por ciento en positivo y 62 por ciento en negativo, dijo Keller.
El segundo tema de preocupación para el gobierno es la pérdida de "emocionabilidad'' en torno al presidente.
Chávez logró desarrollar una relación de empatía popular muy fuerte, a partir del 2004 cuando emprende el proyecto de las misiones. En ese entonces, logró establecer una fuerte conexión entre sus propuestas y la esperanza de la redistribución y de la paridad social.
El presidente ha sabido manejar este concepto muy bien en el pasado.
"Sin embargo, esa emocionabilidad con el devenir del tiempo ha venido deteriorándose, ha venido debilitándose. Ya la gente le ve otras intenciones al presidente. Se le siente mucho más obsesionado por el poder y por el control de todo'', comentó Keller.
Añadió que esta es la percepción recogida en las últimas encuestas. A la pregunta de por qué Chávez pone tanto énfasis en las expropiaciones, la explicación mayoritaria es que está dominado por una obsesión de poder.
Los encuestados responden "quiere ser propietario de todo y que tiene unas ansias exageradas por el poder''.
"Esas son las principales respuestas'', subrayó Keller.


Cort. El Nuevo Herald

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