Según su marido, Lina Ron "murió muy molesta" por las liberaciones de dos presos políticos, el general retirado Felipe Rodríguez y Silvio Mérida, quienes salieron de sus respectivas prisiones "cerca de la medianoche" del 5 de marzo gracias a las protestas estudiantiles
Por: Elizabeth Fuentes/TalCualDigital
Según su marido, Lina Ron "murió muy molesta" por las liberaciones de dos presos políticos, el general retirado Felipe Rodríguez y Silvio Mérida, quienes salieron de sus respectivas prisiones "cerca de la medianoche" del 5 de marzo gracias a las protestas estudiantiles.
La versión de su esposo permite inferir que la señora Ron agarró una arrechera tan grande, que la noticia le produjo un infarto fulminante.
Según la médico forense, Lina Ron murió de causas más bien naturales y no por envenenamiento.
Aclaró que no se encontró ningún tipo de sustancia "licita o ilícita" en su organismo, nada que pudiese haberle provocado el fatal desenlace, seguramente tratando de desmentir el rumor de que la señora había sido envenenada, según gritaba una niñita del vecindario o, como escribió en su Twitter la periodista Marianella Salazar, Lina Ron había muerto en la Clinica Arboleda por una sobredosis de Alprazolam, un medicamento indicado para crisis de pánico.
Lo cierto es que la señora Lina Ron "hubiese preferido otra muerte", del tipo botas puestas, como anduvo tuiteando durante todo el día anterior a su fallecimiento.
Con un ánimo que impediría sospechar cualquier tipo de malestar físico, sin ningún síntoma de algo tan serio como " un edema cerebral severo producto de un infarto al miocardio por una enfermedad coronaria obstructiva de larga data", Lina tuiteó incansablemente, con dos y cuatro minutos de diferencia, mensajes como "Yo me inmolaré para que él se quede, mi vida es Chávez" ..."5tas columnas involucradas causan un terrible daño, generando situaciones como las d la madrugada d antier para perjudicar a mi comandante"..."por mi sentido del honor debo agradecer a los q responsablemente vinieron a conversar conmigo para subsanar la situacion q fue realmente fea y, vaya ironía, justo ese día también escribió muchos Twitter defendiendo al difunto Luis Tascón, exculpándolo de ser el responsable de la triste y lamentable lista que ha heredado su apellido para siempre.
Sin ánimos de largar una sospecha más, la única reflexión que se me ocurre iría en dos direcciones: ¿Cómo es posible que una persona con tanto poder no se hiciera sus chequeos anuales?
Si la señora Ron se sentía predestinada a defender con los fusiles a su Comandante, a inmolarse en su defensa, ¿por qué no cuidó mejor su salud para llegar a ese prometido día donde daría su vida para él permaneciera por siempre en Miraflores?
¿Por qué no se tomó más responsablemente el alto objetivo para el que se sentía predestinada? Lo que nos lleva a la segunda reflexión, tomada de aquel viejo libro, Esos enfermos que nos gobiernan: ¿Dentro de la irresponsabilidad que los caracteriza, estos señores que dicen gobernarnos se harán su perfil 20 de vez en cuando, sabrán a qué altura tienen los triglicéridos, la glucosa, el glaucoma?
O la borrachera revolucionaria que los ha tenido enratonados por 12 años ¿les habrá impedido hacer ni siquiera eso? Y ni hablar del dineral que se gastan en subir el colesterol haciendo de habituès en los restaurantes más caros de Caracas y el resto del planeta.
Si el ejercicio del poder los ha paralizado, al menos troten por la mañana.
Por: Elizabeth Fuentes/TalCualDigital
Según su marido, Lina Ron "murió muy molesta" por las liberaciones de dos presos políticos, el general retirado Felipe Rodríguez y Silvio Mérida, quienes salieron de sus respectivas prisiones "cerca de la medianoche" del 5 de marzo gracias a las protestas estudiantiles.
La versión de su esposo permite inferir que la señora Ron agarró una arrechera tan grande, que la noticia le produjo un infarto fulminante.
Según la médico forense, Lina Ron murió de causas más bien naturales y no por envenenamiento.
Aclaró que no se encontró ningún tipo de sustancia "licita o ilícita" en su organismo, nada que pudiese haberle provocado el fatal desenlace, seguramente tratando de desmentir el rumor de que la señora había sido envenenada, según gritaba una niñita del vecindario o, como escribió en su Twitter la periodista Marianella Salazar, Lina Ron había muerto en la Clinica Arboleda por una sobredosis de Alprazolam, un medicamento indicado para crisis de pánico.
Lo cierto es que la señora Lina Ron "hubiese preferido otra muerte", del tipo botas puestas, como anduvo tuiteando durante todo el día anterior a su fallecimiento.
Con un ánimo que impediría sospechar cualquier tipo de malestar físico, sin ningún síntoma de algo tan serio como " un edema cerebral severo producto de un infarto al miocardio por una enfermedad coronaria obstructiva de larga data", Lina tuiteó incansablemente, con dos y cuatro minutos de diferencia, mensajes como "Yo me inmolaré para que él se quede, mi vida es Chávez" ..."5tas columnas involucradas causan un terrible daño, generando situaciones como las d la madrugada d antier para perjudicar a mi comandante"..."por mi sentido del honor debo agradecer a los q responsablemente vinieron a conversar conmigo para subsanar la situacion q fue realmente fea y, vaya ironía, justo ese día también escribió muchos Twitter defendiendo al difunto Luis Tascón, exculpándolo de ser el responsable de la triste y lamentable lista que ha heredado su apellido para siempre.
Sin ánimos de largar una sospecha más, la única reflexión que se me ocurre iría en dos direcciones: ¿Cómo es posible que una persona con tanto poder no se hiciera sus chequeos anuales?
Si la señora Ron se sentía predestinada a defender con los fusiles a su Comandante, a inmolarse en su defensa, ¿por qué no cuidó mejor su salud para llegar a ese prometido día donde daría su vida para él permaneciera por siempre en Miraflores?
¿Por qué no se tomó más responsablemente el alto objetivo para el que se sentía predestinada? Lo que nos lleva a la segunda reflexión, tomada de aquel viejo libro, Esos enfermos que nos gobiernan: ¿Dentro de la irresponsabilidad que los caracteriza, estos señores que dicen gobernarnos se harán su perfil 20 de vez en cuando, sabrán a qué altura tienen los triglicéridos, la glucosa, el glaucoma?
O la borrachera revolucionaria que los ha tenido enratonados por 12 años ¿les habrá impedido hacer ni siquiera eso? Y ni hablar del dineral que se gastan en subir el colesterol haciendo de habituès en los restaurantes más caros de Caracas y el resto del planeta.
Si el ejercicio del poder los ha paralizado, al menos troten por la mañana.
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