La aviación atacó de nuevo la ciudad de Brega, al este de Libia, en manos de insurgentes. Según la Liga Libia de Derechos Humanos desde que se inició la represión el 15 de febrero se han registrado unos 6 mil muertos, incluyendo 3 mil en Trípoli y 2 mil en Bengasi
Los rebeldes libios trataban este jueves de repeler nuevos ataques de las fuerzas leales a Muamar Gadafi, quien reiteró su promesa de un baño de sangre en caso de intervención de los países occidentales.
Las tropas de Gadafi lanzaron un ataque aéreo sobre el aeropuerto de la ciudad petrolera de Brega y sobre la cercana localidad de Adjabiya, en manos de los rebeldes, mientras prosiguen los combates en el este, donde el Ejército libio lanzó el miércoles una ofensiva para reconquistar estos dos enclaves, y los rebeldes avanzan hacia el oeste, con la mirada puesta en la capital, Trípoli.
"Aviones de guerra lanzaron una bomba en el sector situado entre la compañía de petróleo y la zona residencial. Por lo que sé no hay víctimas", informó Fattah al Moghrabi, un responsable del Hospital de Brega, que cifró en 12 los fallecidos en los combates del miércoles en la ciudad; nueve rebeldes y tres leales al régimen.
Unas horas antes, un grupo de insurgentes había salido de Ajdabiya, a 70 km de Brega, para defender esta localidad que los hombres de Gadafi trataron de tomar la víspera con apoyo de la aviación y de la artillería pesada. La aviación de Gadafi también bombardeó el miércoles un depósito de municiones cerca de Ajdabiya (a 850 km al este de Trípoli).
Brega y Adjabiya son dos puntos estratégicos para cualquier plan de marcha sobre la capital.
La insurrección, que en los últimos días pareció perder el impulso que en menos de dos semanas le había permitido apoderarse del este y de muchas ciudades del oeste, llamó a la ONU a ordenar bombardeos contra los cuerpos de mercenarios contratados por Gadafi.
"Llamamos a las Naciones Unidas y a cualquier organismo internacional responsable a autorizar bombardeos contra las posiciones y los feudos de los mercenarios", declaró el portavoz de los disidentes en Bengasi, el bastión de la rebelión, a 1.000 km al este de Trípoli.
La OTAN indicó este jueves que no tiene "ninguna intención" de intervenir en Libia, pero que sus autoridades militares se preparan para "cualquier eventualidad".
El secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, subrayó asimismo que la resolución de la ONU que pide el fin de la violencia en Libia "no incluye el recurso a la fuerza".
Dos buques de guerra estadounidenses –el portahelicópteros "USS Kearsarge" y el portaaviones "USS Entreprise"– entraron el miércoles en el Mediterráneo para posicionarse frente a las costas libias.
La Liga Árabe afirmó que se opone a una intervención militar, pero que podría respaldar la imposición de una zona de exclusión aérea en Libia para evitar los ataque aéreos contra civiles.
Por otro lado, se supo este jueves que tres soldados holandeses fueron capturados el domingo por hombres armados durante una operación de evacuación de civiles en Libia, indicaron este funcionarios del ministerio holandés de Defensa.
Gadafi, de 68 años, en el poder desde 1969, pronunció en Trípoli un discurso en el que avisó que habrá miles de muertos en caso de intervención extranjera.
"Miles de libios morirán en caso de intervención de Estados Unidos y la OTAN" en Libia, y el país se convertirá para los occidentales en "un infierno y un mar de sangre peor que los de Irak o Afganistán", proclamó el "Guía de la Revolución" ante sus seguidores que lo aclamaban.
Gadafi también agitó el espectro de la red islamista Al Qaida como responsable de la rebelión y amenazó con sustituir a las petroleras occidentales por compañías de China e India para explotar las reservas de su país, las más importantes de Africa.
La comunidad internacional tiene un margen de acción limitado, entre su voluntad de ayudar a la oposición y los riesgos de cualquier intervención.
El gobierno holandés reveló que tres soldados suyos fueron tomados prisioneros el domingo por hombres armados durante una operación de evacuación de civiles en Libia.
Los rebeldes libios trataban este jueves de repeler nuevos ataques de las fuerzas leales a Muamar Gadafi, quien reiteró su promesa de un baño de sangre en caso de intervención de los países occidentales.
Las tropas de Gadafi lanzaron un ataque aéreo sobre el aeropuerto de la ciudad petrolera de Brega y sobre la cercana localidad de Adjabiya, en manos de los rebeldes, mientras prosiguen los combates en el este, donde el Ejército libio lanzó el miércoles una ofensiva para reconquistar estos dos enclaves, y los rebeldes avanzan hacia el oeste, con la mirada puesta en la capital, Trípoli.
"Aviones de guerra lanzaron una bomba en el sector situado entre la compañía de petróleo y la zona residencial. Por lo que sé no hay víctimas", informó Fattah al Moghrabi, un responsable del Hospital de Brega, que cifró en 12 los fallecidos en los combates del miércoles en la ciudad; nueve rebeldes y tres leales al régimen.
Unas horas antes, un grupo de insurgentes había salido de Ajdabiya, a 70 km de Brega, para defender esta localidad que los hombres de Gadafi trataron de tomar la víspera con apoyo de la aviación y de la artillería pesada. La aviación de Gadafi también bombardeó el miércoles un depósito de municiones cerca de Ajdabiya (a 850 km al este de Trípoli).
Brega y Adjabiya son dos puntos estratégicos para cualquier plan de marcha sobre la capital.
La insurrección, que en los últimos días pareció perder el impulso que en menos de dos semanas le había permitido apoderarse del este y de muchas ciudades del oeste, llamó a la ONU a ordenar bombardeos contra los cuerpos de mercenarios contratados por Gadafi.
"Llamamos a las Naciones Unidas y a cualquier organismo internacional responsable a autorizar bombardeos contra las posiciones y los feudos de los mercenarios", declaró el portavoz de los disidentes en Bengasi, el bastión de la rebelión, a 1.000 km al este de Trípoli.
La OTAN indicó este jueves que no tiene "ninguna intención" de intervenir en Libia, pero que sus autoridades militares se preparan para "cualquier eventualidad".
El secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, subrayó asimismo que la resolución de la ONU que pide el fin de la violencia en Libia "no incluye el recurso a la fuerza".
Dos buques de guerra estadounidenses –el portahelicópteros "USS Kearsarge" y el portaaviones "USS Entreprise"– entraron el miércoles en el Mediterráneo para posicionarse frente a las costas libias.
La Liga Árabe afirmó que se opone a una intervención militar, pero que podría respaldar la imposición de una zona de exclusión aérea en Libia para evitar los ataque aéreos contra civiles.
Por otro lado, se supo este jueves que tres soldados holandeses fueron capturados el domingo por hombres armados durante una operación de evacuación de civiles en Libia, indicaron este funcionarios del ministerio holandés de Defensa.
Gadafi, de 68 años, en el poder desde 1969, pronunció en Trípoli un discurso en el que avisó que habrá miles de muertos en caso de intervención extranjera.
"Miles de libios morirán en caso de intervención de Estados Unidos y la OTAN" en Libia, y el país se convertirá para los occidentales en "un infierno y un mar de sangre peor que los de Irak o Afganistán", proclamó el "Guía de la Revolución" ante sus seguidores que lo aclamaban.
Gadafi también agitó el espectro de la red islamista Al Qaida como responsable de la rebelión y amenazó con sustituir a las petroleras occidentales por compañías de China e India para explotar las reservas de su país, las más importantes de Africa.
La comunidad internacional tiene un margen de acción limitado, entre su voluntad de ayudar a la oposición y los riesgos de cualquier intervención.
El gobierno holandés reveló que tres soldados suyos fueron tomados prisioneros el domingo por hombres armados durante una operación de evacuación de civiles en Libia.
Según el diario De Telegraaf, fueron capturados por hombres de Gadafi cuando participaban en la evacuación por helicóptero, en Sirte, de dos civiles, un holandés y otro europeo.
Según la Liga Libia de Derechos Humanos, la represión de la rebelión que se inició el 15 de febrero dejó unos 6.000 muertos, incluyendo 3.000 en Trípoli y 2.000 en Bengasi.
Ese balance de víctimas en esta última ciudad es muy superior al de fuentes médicas y al del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que lo sitúan entre 220 y 250 fallecidos.
La comunidad internacional busca también una respuesta al éxodo masivo de personas que huyen del conflicto. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) pidió el envío de centenares de aviones para evacuar a la multitud que se agolpa en la frontera con Túnez.
Francia y Gran Bretaña anunciaron el envío de varios aviones y un buque para repatriar a miles de egipcios hacia su país.
Por su parte, fuerzas rebeldes han asegurado que han logrado arrinconar a las tropas de Gadafi en la localidad petrolera de Ras Lanuf, a 375 kilómetros al este de Trípoli. "Las tropas de Gadafi están en Ras Lanuf", ha confirmado Mohamed al Maghrabi, un voluntario de los rebeldes.
En Adjabiya, los opositores, armados con lanzamisiles, material antiaéreo y tanques, mantienen una firme defensa para responder cualquier nuevo ataque de Gadafi. El miércoles, el Ejército bombardeó esta localidad desde el aire, aunque los rebeldes lograron mantener sus posiciones.
Cort. TalCualDigital
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