El Domingo de Resurrección, es el día en que Jesucristo resucita después de la crucifixión, va al encuentro con sus apóstoles y luego sube hacia los cielos, también es la finalización de la Semana Santa.
El Domingo de Resurrección o de Pascua es importante para los católicos, ya que con la Resurrección es cuando adquiere sentido toda su religión.
En la Misa dominical este pasaje se recuerda de una manera especial. Se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo.
Este día de resurrección es alegre pero triste para los Cofrades, alegre por la manifestación de la resurrección que sustenta la religión y triste porque la Semana Santa finaliza.
Se realizan diversas procesiones religiosas, en muchas ciudades como coloflón de las fiestas desfilan representaciones de todas las cofradías, las procesiones de este día están llenas de color y alegria. Se mezclaran en los pasos capirotes de todos los colores que han desfilado a lo largo de la semana.
En algunas ciudades los nazarenos van vestidos de blanco hoy y reparten chocolatinas a los niños, como hemos podido comprobar a lo largo de la semana, cada comunidad tiene su propio toque en las procesiones, que les hace diferentes y únicas.
Hay pocas procesiones en el día de hoy...tampoco suele congregarse mucha gente porque en muchas ciudades comienzan a preparar las calles para volver a la rutina diaria, se recogen las sillas que se utilizaban para ver los pasos, se arreglan los balcones...las procesiones que hay suelen hacerse por la mañana y tienen el sabor de despedida de las fiestas y la vuelta a la tranquilidad.
Tras las últimas procesiones es habitual ir a disfrutar de la gastronomía propia de la ciudad en la que nos encontramos, y de las últimas torrijas hasta el año siguiente. Lo mismo sucede con la tradición de los huevos de Pascua, desde el jueves es habitual comprarlos.
La tradición de los huevos de Pascua va asociada a la imagen del conejo de Pascua que también tiene su peculiar leyenda: Ésta cuenta la historia de una mujer que pintaba huevos para sus hijos en la Pascua. Una vez decidió esconderlos en el jardín en distintos nidos. Cuando los niños encontraron los huevos, un conejo saltó del nido. Entonces, ellos pensaron que el conejo les había traído los huevos y así comenzó la historia.
Esta imagen se transmitió a los Estados Unidos por los inmigrantes alemanes que llegaron al Pennsylvania Dutch Country durante el siglo XVIII. Los niños creían que si se portaban bien, el Oschter Haws, que era el nombre que daban al conejito, pondría huevos de colores. Construían nidos en lugares apartados o escondidos de la casa, el granero o el jardín, para que éste pusiera sus huevos. Más tarde empezaría la tradición de construir elaboradas cestas para poner los huevos.
Sea o no verdad, los huevos, en todas las culturas, han representado el nacimiento de la nueva vida, la alegría, el renacer. De ahí que se adecúan perfectamente al sentido que este día tiene para los católicos.
Además, todo esto no es nuevo, la imagen del conejo tiene su origen en las celebraciones anglosajonas pre-cristianas... El conejo, un animal muy fértil, era el símbolo terrenal de la diosa Eastre, a quien se le dedicaba el mes de abril.
Esto unido al significado de los huevos, y el hecho de que se utilizaban éstos como moneda de pago en la Edad Medieval en estas fechas, es lo que ha dado lugar a la extraña conjunción del conejo de Pascua.
Como curiosidad comentar que el Domingo de Resurrección es el culpable de que los domingos sean los que se consideran festivos y de descanso en la semana, ya que como es una fiesta clave del calendario litúrgico, en los primeros siglos del cristianismo, gracias a ella se cambió el día dedicado al descanso y a la alabanza a Dios nuestro creador, del Sábado al Domingo. En la religión judía en cambio, como no se reconoce la resurrección de Cristo, el día festivo sigue siendo el Sabbath o sábado.
La Quema de Judas en Venezuela
En casi todo el territorio venezolano hay una tradición en la que distintas comunidades tienen una amplia participación el Domingo de Resurrección, pero son famosas las que se realizan en Caracas, en diversos estados orientales y en Lara, Cojedes y Aragua. Se trata de La quema de Judas, esta tradición tiene un significado simbólico de justicia popular, pues a través de esta el pueblo expresa sus quejas y descontentos con relación a los acontecimientos políticos y comportamiento de figuras públicas y funcionarios del estado, de igual forma trata de dar finiquito simbólico a la cuaresma para garantizar su resurrección el próximo año. El motivo original es recordar la traición de Judas a Cristo, y simbólicamente alude a la traición del personaje escogido para ser el Judas, a su pueblo, comunidad ó hasta el país.
El “Judas” en cuestión es un muñeco elaborado con telas, ropas viejas y trapos, relleno con fuegos artificiales que aportan los participantes de la quema de cada comunidad, estos fuegos artificiales son explotados una vez el Judas es ahorcado y se quema.
Generalmente se hace el muñeco de cuerpo entero y se viste con zapatos y trajes usados, se le colocan lentes, guantes y distintos accesorios, que aportan y colocan los integrantes de la comunidad que lo crean.
La ceremonia comienza cuando es escogido la persona de la comunidad, estado ó país que sea considerada por sus acciones una amenaza para la sociedad y que sea merecedora de burlas o escarnios.
Una vez identificado el personaje que amenaza con sus actos a la colectividad, se procede a escribirse un testamento, que de forma sarcástica identifican al Judas, expresando un resumen de su vida y de sus actos, de sus faltas y que por termino expresa los últimos deseos del personaje.
El muñeco es elaborado a semejanza del Judas escogido para ser castigado, se le coloca una soga al cuello y previo a su quema es arrastrado y ahorcado de forma dramática. Más dramática aún se vuelve su quema y explosión.
Antes de ser quemado debe recorrer las calles del pueblo ó comunidad para que todos sus habitantes o pobladores tengan conocimiento de sus faltas y de su castigo, una vez cumplido este recorrido y leído su testamento, el Judas se sube a un árbol o poste de luz y allí es ahorcado y posteriormente quemado.
Este rito es motivo de fiestas y celebraciones, se acompaña de música y de diferentes formas de celebración en las calles, actos culturales y es acompañado con guarapitas y diferentes bebidas alcohólicas.
Esta tradición se dice que es tan vieja que se cuenta que el primer Judas quemado en Venezuela se realizo en Cumaná en el año 1499 y fue representando como Américo Vespusio, cuando este se presento con espejitos y baratijas para ser cambiadas por perlas y hacer que los indios le construyeran un bergantín, la embarcación fue construida y en ese mismo bergantín se marcho Don Américo y jamás regresó, los indios en vista de que el conquistador no regresaba decidieron hacer una especia de espantapájaros y colocarlo en el sitio donde se fabrico la barraca de Don Américo, allí le prendieron fuego y bailaron al son de los tambores y chirimías. Posteriormente durante la Capitanía general de Venezuela cuando algún personaje cometía algún error esperaban su caída y lo judaizaban. Se cree que el primer Judas de Caracas se quemó en el año 1801 y luego se hizo común en nuestro pueblo quemar a Judas el Domingo de Resurrección.
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