Para el caminante que pasa por la esquina de Pajaritos no le es extraño toparse con la huelga de los ex trabajadores de Pdvsa-Anaco y Zulia. No exigen más que su reenganche a los cargos de los cuales fueron despedidos y el pago de 300 mil bolívares que le adeudan a cada uno. Con este reclamo en sus labios murió hace días Jesús Malavé, sin que los diputados oficialistas se acercaran para conocer su situación. Solitarios los trabajadores prosiguen en su protesta, mientras el civilista José María Vargas desde la pared pregona que "el mundo es del hombre justo".
Foto: Saúl Uzcátegui/TalCualDigital
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