A mí no me parece, Jaua, que tengamos que vestirnos ahora con la camisa de Primero Justicia. Me lo vienen a decir justo cuando me traje de La Habana dos maletas repletas de chemises, franelas, guayaberas y hasta pañoletas del color de la revolución.
No sé qué le pasó al Comandante, pero eso de prohibir la palabra socialismo y mandar a desmontar sus fotos y estatuas de todas las plazas y ministerios me parece sospechoso. Un día de estos nos van a obligar a cantar como Juanes.Foto: Renier Otto/TalCualDigital
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