¿Por qué demonios un tipo que ha dicho tener en su nómina a cualquier cantidad de generales y diputados se ha transformado en un fantasma del cual poco a poco el país se va olvidando?
Por: Simón Boccanegra/TalCualDigital
¿Y qué es de la vida de ese pajarito de cuenta llamado Walid Makled? Desde que llegó a Venezuela parece que se lo hubiera tragado la tierra.
Habló hasta por los codos en Colombia y también con la DEA y resulta que en el país donde más interés tendría que haber por las cosas que tiene entre pecho y espalda el susodicho, parece que le hubieran cortado la lengua.
Las poquitas veces que lo han llevado al tribunal coincidencialmente no hay audiencia o el juez tiene dolor en los juanetes y no asiste.
El locuaz Makled de Colombia se ha vuelto una esfinge en Venezuela. Era obvio que debía ser extraditado a nuestro país. Eso no tenía discusión y los propios gringos reconocen que ellos hicieron la solicitud tardíamente, pero, por lo que se viene viendo, el empeño en traerlo para acá no obedecía tanto a exigir respeto a la ley y los tratados que rigen la materia de la extradición sino al de ponerle un tapón en la boca al delincuente.
Porque, por lo que ya el hombre ha dicho, habría mucho pez gordo del régimen enredado en sus vagabunderías. ¿Es verdad? ¿Es mentira?
Para eso son los juicios. ¿Por qué demonios un tipo que ha dicho tener en su nómina a cualquier cantidad de generales y diputados se ha transformado en un fantasma del cual poco a poco el país se va olvidando? ¿No quieren que destape su caja de Pandora? ¿La técnica que le aplican es la que utilizaron con Eligio Cedeño: tenerlo preso sin juicio?
Makled es un criminal convicto y confeso (en esto último al menos en lo que respecta a los sobornos que dice haber pagado a generales, almirantes y diputados) y, por lo visto, sus cómplices o beneficiarios, que son gente de mucho poder, parecieran habérselas arreglado hasta ahora para que del hombre no se sepa ni siquiera dónde está. Cualquier día de estos se nos informa que el tercio se fugó.
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