Combatientes de las autoridades de transición libias amenazaban el lunes con atacar Bani Walid, tras un nuevo fracaso de las negociaciones sobre la rendición de esta ciudad donde están atrincheradas fuerzas leales al fugado coronel Muamar Gadafi.
Después de varios días de conversaciones con los jefes tribales de Bani Walid, un oasis al sudeste de Trípoli, el principal negociador del Consejo Nacional de Transición (CNT), Abdalá Kenchil, anunció el domingo por la noche que las negociaciones se habían roto.
Los pro-Gadafi querían venir a negociar con sus armas, o que los pro-CNT acudieran a Bani Walid sin las suyas, explicó Kenchil a los periodistas en el puesto de control de Shishan, a pocos kilómetros al norte de la ciudad.
Interrogado sobre un posible ataque contra Bani Walid tras este fracaso, el principal negociador respondió: "El comandante (de las fuerzas anti Gadafi) tomará la decisión".
Un alto responsable militar de Misrata, feudo del nuevo régimen al noroeste de Bani Walid, aseguró sin embargo a la AFP el lunes por la mañana que las negociaciones proseguían. "No hay combates en torno a Bani Walid, ni habrá combates", añadió, pidiendo el anonimato.
El negociador de las nuevas autoridades dijo que Muamar Gadafi y algunos de sus hijos así como miembros de su entorno pasaron por Bani Walid durante estos últimos días, pero muchos huyeron, salvo dos de los hijos, Saadi y Muatasim.
Interrogado el domingo por la noche por teléfono por CNN, Saadi Gadafi declaró que se hallaba en los alrededores de Bani Walid, aunque "un poco fuera" de la ciudad, y que no había visto a su padre desde hace dos meses.
Este ex futbolista que luego hizo carrera en el ejército dijo que se mantenía "neutral" en el conflicto, y acusó a su hermano Saif Al Islam de ser el responsable del fracaso de las negociaciones con la antigua rebelión, debido a su discurso "agresivo".
En el puesto de Sishan, los combatientes pro-CNT, muchos de ellos originarios de Bani Walid, se mostraban impacientes por ingresar en la ciudad.
El sábado, desde Bengasi (este del país), el presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), Mustafá Abdeljalil, había repetido que los gadafistas tenían hasta el 10 de septiembre para deponer las armas, citando las ciudades de "Sirte, Bani Walid, Al Jufra y Sebha".
Los civiles que huyeron de Bani Walid informaron que muchos combatientes pro-Gadafi habían abandonado la ciudad, donde las tiendas estaban cerradas, y no había gasolina ni gas.
En cambio, las negociaciones proseguían en Sirte, otro feudo de los fieles de Gadafi ahora rodeado por los pro-CNT, aunque la OTAN anunció haber mantenido sus bombardeos en la zona en los últimos días.
En el frente este de la ciudad, la guerra se ha convertido desde hace una semana en una especie de juego del gato y el ratón, con breves disparos de artillería y rápidos bombardeos, según un periodista de la AFP.
En Trípoli, donde el conjunto del CNT prevé instalarse en los próximos días, el "ministro" de Defensa Jalal Dghaili llegó el domingo procedente de Bengasi, cuna de la revolución, encabezando una importante delegación.
Las nuevas autoridades también anunciaron que iban a investigar informaciones de prensa según las cuales China habría propuesto en julio importantes cantidades de armas a Gadafi, lo que Pekín desmintió este lunes.
TalCualDigital
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