Nadie puede dudar de lo eficiente y solícito que es Martín Pacheco. Alguna vez fue reportero de política y sucesos. Sus ojos registraron cantidad de eventos ocurridos en la capital del país y quizá más allá. Pero con la llegada de Chacumbele al poder, esa vista de águila al hombre se le puso como de hormiga. Lo que sí no ha perdido es la eficiencia.
La demostró muy bien cuando se convirtió en el encargado de darle café al jefezote rojo en algunos Aló Presidente por allá cuando eran en una cabinita de Radio Nacional de Venezuela. Luego ha sido hasta diplomático. La capacidad de adaptación de Martín no queda en duda, algo muy útil, claro, en un gobierno especialista en cambiar gente de cargos o sumar varios.
Debe ser complicado portar tantas cachuchas, llevar tres tipos distintos de tarjetas de presentación. Quizá combinar la labor de varias secretarias. Martín pudiera darnos una clase (y así además se convierte también en profesor y agrega una línea más a su currículum actual).
El hombre además de ser el conductor de un programa de radio en la 90.3 en Caracas, es el jefe de prensa de Luisa Estella Morales en el TSJ y, por si fuera poco, también lleva la prensa del Comando Carabobo chavista en Miranda, luego de que el afrodescendiente Aristóbulo lo pusiera allí. Qué capacidad.
Qué desdoblamiento. Qué multidisciplinario. Eso sí, que el 7 de octubre no juegue posición adelantada en Miranda anunciando que ganó Chacu si perdió, como cuando dijo al aire una “primicia”: prohibición de salida del país para banqueros. Él pensó que como jefe de prensa del TSJ tenía LA noticia y se adelantó, lo dijo al aire.
El entuerto llegó después cuando la medida no fue decidida y el hombre quedó desnudito en su afán por “tubear”. Cosas que pasan. Que le eche la culpa a Luisa Estella y pa’lante (comandante). Si el 7 de octubre se adelanta, ya sabe que tiene que tirarle el muerto a Aristóbulo.
TalCualDigital
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