No es raro que en La Planta haya más material de guerra que en los arsenales de la FAN. Pero, ¿Cómo llegaron las armas allí? Seguro que no fue en las viandas que los familiares llevan para que los reos se puedan alimentar
SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Cinismo, sinvergüenzura, caradurismo, son tres términos que pueden definir las palabras que pronunciara la insuperable ministra para Asuntos Penitenciarios Iris Varela cuando ayer fue entrevistada por José Vicente Rangel, a quien también se le pueden endilgar tales calificativos, por la responsabilidad que tiene en lo que ocurre en Venezuela.
En el referido programa, la Fosforito dijo, como si nada, que antes del arribo de su idolatrado líder en Venezuela no había justicia, reconoció que todavía no se había llegado al paraíso en ese sentido, pero señaló que hoy quienes malviven en las prisiones nacionales tienen una esperanza pues “la justicia trata de ser más justa”.
Desfachatez en estado puro. Por otra parte, informó que en La Planta se habían encontrado más de 152 mil balas, amén de 13 fusiles y 79 pistolas. Como si lo anterior fuera poco también encontraron 19 granadas, 4 bombas lacrimógenas, dos bombas aturdidoras y dos morteros, todo lo anterior cuando aún les falta revisar casi la mitad del penal.
Claro que todo este tipo de irregularidades es de “larga data”, como que si el gobierno de su amado líder no sea ya de larga data. Si encontraron esa cantidad de armas, no sería raro que en La Planta haya más material de guerra que en los arsenales de la FAN. Por supuesto que ni la ministra ni Rangel se preguntaron cómo llegó ese armamento hasta allí.
Seguro que no fue en las viandas que los familiares llevan para que los reos se puedan alimentar. A los custodios militares ni con el pétalo de una rosa. No hay que olvidar que son compañeros del jefe y que a éste le molesta que se metan con los uniformados. No aclaró si había sido invitada a la celebración que del día de las madres hicieron en Tocorón, ni dijo nada del control que los pranes tienen de las prisiones. Todo sigue excesivamente normal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario