SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
En La Vega hubo trifulca. En La Pastora ayer impidieron que Capriles Radonski caminara. Es la idea del chavismo de "control" en las zonas populares. Creen que eso demuestra que al candidato de la Unidad "no lo quieren" en los barrios caraqueños, que así es la gente que vive, lucha y padece con la pobreza y el abandono. No se da cuenta el chavismo que en su locura violenta insultan a ese pueblo.
¿Qué habitante de La Vega o de La Pastora va a querer ser identificado como "los energúmenos que impiden que Capriles vaya a hacer campaña"? En el mejor de los casos, uno que no quiera nada con la Unidad, con Capriles o con un cambio de gobierno, con no sumarse a la movilización o incluso poner su afichito rojo en la ventana tiene.
Pero esa civilidad democrática no la tiene en la cabeza la panda de acólitos de Chacumbele. Lo de ellos es tirar la piedra, y solo a veces esconden la mano. Lo importante es tirar piedras, claro.
Es evidente que el mensaje no va dedicado a Capriles y a su equipo, ni a los dirigentes de Caracas que andan haciendo su casa por casa cuando el candidato hace lo propio por otras regiones. El mensaje violento, de intimidación, va a los votantes, a la gente que vive allí: "epa, tú, sí, tú.
Escuálido, si votas por Capriles aquí habrá plomo". Una insensatez porque la intimidación, a estas alturas del partido, puede influir en el resultado de encuestas donde hay más No Sabe/No Contesta que preferencias, que en el voto. El sufragio secreto y personalísimo garantiza que el miedo se queda afuera del centro electoral.
Además, Chacumbele ha dicho que él en Miraflores es garantía de paz. Cómo defender esa idea si estando él de Presidente ocurren hechos como los de ayer o lo que pasó en La Vega. ¿Cuál paz? Si no es capaz de ofrecerla en campaña, quién puede creer que logrará instaurarla renovando contrato de gobierno. Se acabó el tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario