Critican en EEUU a China por vender órganos de condenados a muerte. Los expertos aseguran que esos transplantes se han convertido en un mercado que explota a los prisioneros
Un grupo de legisladores estadounidenses instó este miércoles a presionar a China para que deje de vender órganos de condenados a muerte, pues los expertos aseguran que esos transplantes se han convertido en un mercado que explota a los prisioneros de conciencia.
En una audiencia parlamentaria, los expertos dijeron que Estados Unidos podría tomar cartas en el asunto impidiendo a sus ciudadanos buscar órganos de procedencia dudosa en el extranjero y presionando a los doctores de China a través de organizaciones médicas internacionales.
China reconoce que ha hecho uso masivo de los condenados a muerte para realizar transplantes, pero prometió reducir esa tendencia en cinco años. Sin embargo, niega rotundamente ordenar ejecuciones deliberadamente con el objetivo de extraer los órganos.
El parlamentario Chris Smith, un republicano que ha trabajado largo tiempo en la promoción de los derechos humanos, expresó su preocupación sobre las acusaciones de que el gobierno chino selecciona especialmente a minorías étnicas y practicantes del prohibido Falungong (una doctrina espiritual que mezcla budismo y taoísmo) para extraerles los órganos.
Damon Noto, parte del grupo de Médicos contra de la Extracción Forzada de Órganos (DAFOH, por su sigla en inglés), asegura que hay incoherencias en las cifras oficiales del gobierno chino, donde los tabúes culturales han impedido durante años la donación voluntaria de órganos.
Noto aseguró que los miembros de Falungong son sometidos frecuentemente a estudios médicos durante su encarcelamiento, presuntamente para clasificarlos por tipo de sangre.
Si la presunción de disidentes por parte del gobierno chino con el objetivo de extraer sus órganos y venderlos "resulta verdadera, incluso el poderoso término legal 'crimenes contra la humanidad' parece inadecuado", dijo Smith en la audiencia que tuvo luchar en el Comité de Asuntos Exteriores del Congreso.
China no divulga sus cifras sobre los condenados a muerte ni los transplantes, pero Noto dice que entre 2.000 y 8.000 personas son ejecutadas cada año, y que se realizan cerca de 10.000 transplantes anualmente.
"Si se observa el momento en que ocurrió el boom de los transplantes en China y se compara con el inicio de la persecución contra (los practicantes del) Falungong, es prácticamente paralelo, ambos iniciaron en 1999", puntualizó.
TalCualDigital
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