VÍCTOR SALMERÓN | EL UNIVERSAL
Venezuela es el único país, en el grupo de las principales economías de América Latina, donde la moneda pierde valor frente al dólar. En Brasil, México, Colombia, Perú y Chile la preocupación es el fortalecimiento del real, el peso o el sol.
El real brasileño alcanzó la semana pasada su nivel más alto frente al dólar en nueve meses; el peso chileno se ha revaluado 1,74% en lo que va de este año y en 2012 registró un avance de 8%, mientras que el peso mexicano y el sol peruano avanzaron 10% y en Colombia el presidente, Juan Manuel Santos, advierte que "tenemos todavía mucha munición para poder combatir" el fenómeno de la revaluación.
El excesivo fortalecimiento de las monedas latinoamericanas frente al dólar genera problemas. El dólar ahora vale menos pesos, soles o reales, por lo tanto, el ingreso de los exportadores diminuye mientras que las importaciones son más baratas e inundan el mercado.
Los exportadores no tienen la posibilidad de aumentar el precio de sus productos porque sus artículos se pondrían muy caros en el exterior frente a los elaborados por China, Europa y Estados Unidos, de tal forma, que si no se detiene la revaluación surge un desestímulo a las exportaciones que golpea la producción y el empleo.
Básicamente la revaluación obedece a la inversión extranjera que aumenta la cantidad de divisas y la política de los bancos centrales de Estados Unidos, Inglaterra y Japón que emiten dinero para impulsar el crecimiento de sus economías y por ende, empujan a la baja al dólar, el yen y el euro.
Los devaluados
Presionado por un desbalance en las cuentas que obliga a aumentar los ingresos el gobierno venezolano devaluó la moneda 31,7% para obtener más bolívares por los petrodólares.
Aparte de mejorar las finanzas públicas la devaluación encarece el precio de los productos importados en una economía donde 40% de la oferta proviene del exterior y el 60% restante necesita de insumos importados para su elaboración.
En teoría la devaluación debería impulsar las exportaciones del país porque al obtener más bolívares por cada dólar las empresas que venden en el exterior pueden competir a través del precio de sus productos, pero la historia señala otros resultados.
Entre 1998 y 2011 el bolívar se devaluó frente al dólar en 87% y sin embargo las exportaciones no petroleras registraron una caída de 15% desde 5 mil 529 millones de dólares hasta 4 mil 679 millones.
Temas como baja productividad, desactualización tecnológica, desinversión del sector privado, impacto del control de precios, control de cambio y caída de la producción tras la expropiación de una gran cantidad de empresas inciden en estos resultados.
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