Por: VenEconomía
La próxima elección de alcaldes, ediles y legisladores municipales, pero sobre todo los comicios presidenciales, que con casi total seguridad deberán realizarse en los próximos meses, vuelven a poner sobre el tapete la necesidad de darle transparencia al proceso de comicial, de eliminar el abuso de poder y de imprimirle objetividad y confianza en los resultados.
Aunque suene a disco rayado y las exigencias caigan en el vaso sin fondo de una autoridad electoral viciada de obsecuencia chavista, es de aplaudir la iniciativa de 15 diputados de la bancada parlamentaria de la Unidad Democrática de entregar al Consejo Nacional Electoral un documento solicitando “equilibrio, Igualdad y Competitividad” para que las elecciones por venir sean “libres, universales, directas y secretas”.
Entre otros el grupo parlamentario lo integraron María Corina Machado, Andrés Velázquez, Richard Blanco y Eduardo Gómez Sigala.
Las exigencias son sólo seis principios administrativos vitales y de imperativo cumplimiento por el ente comicial. No hay excusas que valgan pues todos ellos cumplen con el mandato constitucional, ninguno acarrea erogaciones adicionales de recursos y su aplicación es inmediata.
1. “Un elector, un voto”, es decir que no exista un venezolano que se le niegue el derecho al voto pero que pueda ejercerlo sólo una vez. Entre otros requisitos se requiere que la tinta sea “verdaderamente indeleble, que todos los venezolanos en el extranjero puedan inscribirse presentando la cédula de identidad, y que los cuadernos electorales incorporen la fotografía del elector”. El CNE tiene la información requerida para instrumentar sin costo adicional este último requerimiento al momento de imprimir los cuadernos.
2. “Absoluta confianza en el secreto del voto”, para lo que se hace indispensable que, “más allá de las explicaciones técnicas”, se eliminen tanto las captahuellas como las máquinas del Sistema de Identificación del Elector.
3. “Que el voto registrado se refleje en los resultados de manera clara, segura e inequívoca”. Es indispensable que se cuenten todas y cada una de las boletas en el momento en que se cierra cada mesa.
4. “Absoluta imparcialidad del proceso electoral”. No al ventajismo y la utilización de los recursos del Estado en la campaña, y para hacer proselitismo y movilización de sus “electores”.
5. “El proceso electoral es civil”. Las Fuerzas Armadas y el Plan República sólo pueden verse involucrados con la garantía de la seguridad y el resguardo del material electoral. La milicia no debe ser parte del Plan República, pues es una organización armada adscrita y parcializada con el partido de gobierno.
6. “Equidad en el acceso de los centros de votación”.
Como señalan los parlamentarios, necesario y perentorio es que las elecciones sean limpias. ¡Es la esencia de la democracia!
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