CARACAS.- Venezuela se ha convertido en un gigantesco acto de fe. Nadie vio llegar a Hugo Chávez , pero se da por hecho que está en Caracas. El gobierno afirma que recibe cuidados en el Hospital Militar, pero nadie conoce ni los tratamientos ni a los médicos. El presidente aparecía sonriente en unas fotos, pero el presidente boliviano, Evo Morales, ni siquiera lo pudo visitar anteayer.
El oficialismo asegura que Chávez está al frente de sus funciones, pero su jura queda pendiente mientras no esté en mejores condiciones.
¿Secretos de Estado o mentiras del gobierno? La ligereza verbal del vicepresidente Nicolás Maduro al afirmar que Chávez le había hablado "a plena voz" cuando el presidente ya había sufrido una traqueotomía, según adelantó el periodista Nelson Bocaranda y confirmó el ministro de Comunicación, Andrés Izarra, aumentó la desconfianza sobre el tratamiento de la enfermedad por parte del gobierno.
"Estamos ante un presidente ausente del que dicen que está presente, pero en la práctica sigue ausente. Hay muchas cosas que ocultar y muchas que se amparan más en la mentira que en el secreto", sostiene Elides Rojas, jefe informativo del diario El Universal, de Caracas.
La visita frustrada de Morales sorprendió a una buena parte de la opinión pública, convencida de que las fotos junto a sus hijas y el retorno desde La Habana constataban la recuperación del mandatario. "Intenté visitarlo, pero no lo he podido ver", reconoció ayer el presidente boliviano, que reunido con sus familiares supo que se había salvado "de milagro".
La única "prueba" son tres tuits en la cuenta de Chávez. Nada más en tres días. Ni siquiera un parte médico. Todo lo demás, incluido lo escrito en la red social, es un acto de fe.
El escritor Leopoldo Tablante no tiene dudas: "Es mentira. En Venezuela no existen versiones oficiales, porque los periodistas opositores están amordazados y porque el gobierno no desmiente, sino amenaza ante informaciones que lo inculpan. Él es el comandante en jefe y Chávez. El resto es la inercia comunicacional emanada de un gabinete que se aceptó como un batallón", añade Tablante.
El primero que está en entredicho es el propio presidente, que hizo célebre la frase "Estoy libre de cáncer" antes de las elecciones del 7 de octubre.
"La campaña electoral se manejó entre mentiras sobre su salud: una carroza para disimular problemas al caminar y muy poca presencia de calle. La realidad dejaría al descubierto que compitió a sabiendas de la gravedad de su cáncer. Es decir, engañó a sus votantes", señala Elides Rojas.
En 21 meses de crisis, el gobierno jamás hizo público el tipo de cáncer que sufre Chávez ni los órganos afectados. Una de las explicaciones de Maduro ante tal oscurantismo, copiando lo hecho en Cuba con Fidel Castro, fue la "lucha de ideas". Ayer volvió a insistir en términos parecidos: "El socialismo comunicacional es vital para el socialismo del siglo XXI".
"Hay una presunción clara: si nadie lo ve ni dejan verlo, Chávez no está bien ni en condiciones de que sea visto. Salvo prueba en contrario", insiste Rojas.
"Al final, las mentiras y los secretos siempre se descubren. Aquí estos conceptos no son excluyentes, no tienen límites y casi por regla general van entrelazados", ironiza el analista Alfredo Yanez.
El epílogo de la novela de misterio que se está escribiendo en la Venezuela del surrealismo mágico corre a cargo del dramaturgo Leonardo Padrón: "Nos gobierna la mentira, es un hecho".
Cortesía: La Nación
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