SOBRE LA MARCHA/ELIDES J. ROJAS L.
La mamadera de gallo revolucionaria
"El ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas, ahora oncólogo y predicador, habló al país sobre Chávez por primera vez desde que llegó a Venezuela, el jueves en la noche:
"La insuficiencia respiratoria surgida en el curso del postoperatorio, persiste y su tendencia no ha sido favorable por lo cual continúa siendo tratada. En cambio, el tratamiento médico para la enfermedad de base, continúa sin presentar efectos adversos significativos hasta el momento".
"Tras la intervención quirúrgica, practicada el pasado 11 de diciembre de 2012, en La Habana, Cuba; como se informó oportunamente, el presidente arribó al país a las 2:30 de la madrugada del pasado lunes y se encuentra actualmente en el Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo, en la parroquia San Juan de Caracas".
"El paciente se mantiene en comunicación con sus familiares, con el equipo político del Gobierno y en estrecha colaboración con el grupo médico de trabajo. El Presidente se mantiene aferrado a Cristo, con máxima voluntad de vida y con la mayor disciplina en el tratamiento de su salud".
"El Gobierno Bolivariano agradece al pueblo sus espontáneas manifestaciones de amor, alegría y solidaridad, ante la llegada del Comandante Chávez a la Patria Venezolana. Sublime actitud que contrasta notablemente con la inhumanidad de los gestos y expresiones irrespetuosas de parte de la derecha hacia el líder revolucionario".
Así puso la nota el ministro, dejando claro, muy claro, que el comandante no está bien. Dos claves: el tratamiento para el problema respiratorio no está funcionando y el tratamiento para la enfermedad de base no presenta problemas adversos. Lo primero está claro. Lo segundo es otra Villegada más. ¿Qué significa eso? ¿Qué está mal, pero va bien? El tratamiento para la enfermedad de base (un cáncer muy agresivo que ahora se llama enfermedad de base) no presenta impactos adversos es una frase típica del mareador de oficio. Y más en este caso, cuando tienen la clara intención de seguir engañando al país con el cuento de que está enfermo, pero no tan enfermo. Que se recupera, pero no se recupera tanto. Que respira bien, pero no respira muy bien. Después de ver y escuchar a Villegas, a quien hasta el ¡Viva Chávez! le sale con un tono tan nostálgico que parece una canción boliviana, más que alejar dudas, las acerca.
Este país está sin presidente. Es la realidad. Nada de que está en el Hospital Militar, nada de que se está recuperando. No existe prueba de eso. Al contrario, Maduro y los jefes cubanos no pueden probar lo contrario. Y menos pagándole a Rigoberta Menchú para que venga a decir que habló con los ancestros de ausente. Será con el satélite chino que todo lo puede. Las triquiñuelas de los malandros cubanos para manipular información y específicamente en el caso del ausente se están agotando. Habla Maduro y nadie le cree. Habla Villegas y da risa, habla Diosdado, cuando hablaba, y genera burlas. El teatro del piso nueve está a punto de cierre. Y eso sin mencionar la payasada de la cadena de la medianoche desde el Hospital Militar con Maduro más inconsistente que nunca.
Comienza la hora de la oposición, los agentes democráticos, las fuerzas defensoras de la Constitución. Todo el mundo sabe que el oficialismo es tramposo y que no le tiembla el pulso para violar una ley o la Constitución. Pero en este caso es gravísimo. Ya engañaron al país con la elección de un enfermo que sabían no podría asumir nunca.
Ahora lo mantienen activo artificialmente. Las señales son muchas. Se acerca la hora de la verdad. Y del fin de la mamadera de gallo.
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