La disidente cubana Yoani Sánchez acusó hoy a Brasil de ser omiso en relación a las violaciones de los derechos humanos en Cuba y dijo que la posible salida de escena del presidente venezolano, Hugo Chávez, favorece una aproximación de su país con Estados Unidos.
Las declaraciones fueron hechas por la autora del blog "Generación Y" y ganadora de premios de periodismo y de derechos humanos en varios países en un debate en Sao Paulo organizado por el diario O Estado de Sao Paulo.
Sánchez elogió las inversiones realizadas por Brasil para modernizar el puerto cubano del Mariel, pero aseguró que el mayor país latinoamericano tiene que adoptar una posición más enérgica con Cuba en relación a los derechos humanos.
"Estamos ampliando un puerto con ayuda de Brasil. Eso me parece bueno, que Brasil esté ayudando y apoyando a Cuba, pero creo que faltó dureza o franqueza al tratar el asunto de los derechos humanos en la isla", dijo la disidente, que, tras recibir un pasaporte que La Habana le negó durante cinco años, inició el lunes en Brasil una gira de 80 días por varios países de América y Europa.
"En el caso de Brasil hubo demasiado silencio. No soy diplomática, pero recomendaría una posición más firme (del Gobierno brasileño) porque el pueblo no olvida", agregó.
La bloguera aseguró que el Gobierno cubano realizó recientemente gestos de aproximación a Estados Unidos por temor a que, ante la posible salida de escena de Chávez, pueda perder la alianza energética y financiera con Venezuela que le permite sobrevivir.
"Atrás de esa predisposición (al diálogo con Estados Unidos) está la preocupación con una posible salida de escena de Hugo Chávez", afirmó.
La disidente admitió tener una posición contradictoria en cuanto a la alianza energética entre Cuba y Venezuela debido a que al mismo tiempo que garantiza luz y combustible para el pueblo cubano sirve para prolongar un régimen que de otra forma estaría con los días contados.
"Por un lado no me gustan los cortes energéticos y que falte combustible, pero por otro lado sé que ese subsidio venezolano nos ayuda pero nos obliga a mantener el mismo estatus quo", aseguró.
Sánchez admitió que Raúl Castro está adoptando reformas que serían impensables en la época de su hermano, Fidel Castro, pero dijo que la represión continúa aunque de forma menos pública.
"Hay una gran diferencia (entre Fidel y Raúl Castro). A Fidel le gusta la represión como show mediático. Había que verla. Los disidentes tenían que ser juzgados en tribunales y condenados a largas penas. La represión de Raúl Castro trata de no dejar huellas legales, de que no se vea", afirmó.
Según la bloguera, sin una represión tan manifiesta, los perseguidos no tienen cómo denunciar que han sido víctimas de violaciones a los derechos humanos.
"En primer lugar quiero decir que el Gobierno de Raúl Castro tiene un pecado original. El pecado original es que no fue electo. Heredó el poder por vía sanguínea, como un reino. El Gobierno de mi país se traslada de uno al otro a través de un árbol genealógico. Es algo sorprendentemente absurdo en este siglo", afirmó.
Sánchez afirmó que las reformas económicas adoptadas por Raúl Castro están en el camino correcto, pero aún son lentas.
"Las reformas van en la dirección correcta, hacia la apertura, ya que buscan flexibilizar y mejorar los estándares de vida de los cubanos, pero tiene una gran limitación, van a un ritmo muy lento y el calado no es de la profundidad que se necesita", afirmó.
Agregó que la propia reforma migratoria que le permitió finalmente obtener un pasaporte es insuficiente porque aún no reconoce el derecho de los cubanos a salir o entrar del país.
"Pero es un tipo de reforma que hubiera sido impensable en la época de Fidel Castro porque Fidel quería tener controlado cada aspecto de la vida nacional. Raúl es más consciente de su imposibilidad para controlarlo todo", aseguró.
Cort. de Globovisión
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