OMARELIZ PINEDA/TalCualDigital
Edward Snowden, acusado de espionaje por el mismo gobierno de Estados Unidos, luego de revelar información sobre un programa secreto de vigilancia de las comunicaciones mundiales, permanece desde hace dos semanas en la zona de tránsito internacional del aeropuerto de Moscú, acompañado de su abogado y de simpatizantes de Wikileaks quienes, a la puerta del aeropuerto, muestran su apoyo.
Tras el rechazo a la solicitud de asilo diplomático de más de 20 países (incluyendo Cuba, Brasil y Rusia) aceptó, según Nicolás Maduro, el cobijo ofrecido por Venezuela.
LA GRAN ODISEA
El asilo diplomático podría ser lo más sencillo de otorgar al ex agente de la CIA, pero su traslado a Caracas representaría un viaje complejo que pondría además en tela de juicio las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Estados Unidos.
Según el internacionalista y ex embajador de Venezuela en la ONU, Milos Alcalay, el viaje sería posible me diante dos vías: "Que el Gobierno ruso le dé un documento en el que pueda trasladarse a Caracas; o Venezuela tendría que negociar, si es un vuelo comercial, con los países donde el avión tendría que hacer paradas".
En cambio, el analista Sadio Garavini percibe un panorama más complejo: "El camino más fácil es el único vuelo directo a Latinoamérica, que es uno que sale de Moscú a La Habana. Pero, curiosamente, los cubanos no le dieron el asilo. La línea más lógica entonces sería un avión venezolano que, al llegar a Moscú, pase por Irán y luego consiga en África países que tendrían que permitir el sobrevuelo, como Angola, Mozambique, etc. Ya que varios países europeos como España, Francia y Portugal no le dieron permiso de sobrevuelo".
RELACIONES PELIGROSAS
La decisión del Gobierno venezolano de otorgarle refugio a Snowden no concuerda con la supuesta intención de Maduro de recomponer las relaciones con EEUU, tal y como lo evidenció la reunión Kerry-Jaua el pasado mes de junio en Guatemala.
"Esto demuestra la incoherencia del Gobierno y la falta de mando único", indica Garavini. "Ha habido varias decisiones para mejorar la relación con EEUU, como el nombramiento de Calixo Ortega, encargado de negocios por Caracas en Washington, y quien es considerado el más moderado de los dirigentes del PSUV, razón por la cual fue enviado a Washington con la tarea de reabrir el diálogo".
Pero ahora la decisión de recibir a quien es considerado para Estados Unidos "enemigo de la nación" podría afectar no solo las relaciones diplomáticas de ambos países sino también el comercio con ese país.
La internacionalista y profesora de UCV, María Teresa Romero, avala esa opinión: "Probablemente vaya a afectar las relaciones económicas, en el sentido en que Venezuela y EEUU mantienen un intercambio comercial muy intenso sobre todo en materia petrolera".
A pesar de que constitucionalmente Venezuela tiene derecho a prestar asilo político a cualquier extranjero que lo solicite, los analistas políticos resaltan el hecho contradictorio de dividir la ayuda que se le está presentando al ex agente de la CIA y el discurso violento antiimperialista.
"Conviene no mezclar el hecho del asilo con lo que ha sido hasta ahora un discurso descalificador hacia EEUU y Europa. No es necesario que haya una dialéctica de confrontación. Es un tema delicado que debería manejarse de forma cautelosa y no conflictiva porque podría contribuir al fracaso de Venezuela en sus relaciones con EEUU", expresa Milos Alacalay.
Queda esperar la llegada del que es considerado "vecino incómodo" para gran parte del mundo, pero que para el Gobierno venezolano se convertiría en un agente y aliado interesante en su lucha antiimperialista.
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