Hay vitrinas vacías y cierres de locales en Sabana Grande, Centro y Catia
JORGE HERNÁNDEZ | EL UNIVERSAL
Las vitrinas de tiendas de ropa y calzado en el bulevar de Sabana Grande se asemejan a las de un supermercado, con espacios vacíos y empleados con más de 38 años de servicio con caras de preocupación porque solo venden sus pocos inventarios para cerrar sus puertas y dejar en la calle a esos jóvenes que trabajan para costear sus estudios e hijos, cuenta Juan Contorianos, presidente de la Asociación de Comerciantes.
Lamenta que el marco jurídico actual, Ley de Costos y Precios Justos y del Trabajo, provoque que alrededor de 2.500 comerciantes de Sabana Grande trabajen solo con la mercancía que les queda en sus vitrinas o depósitos porque el Ejecutivo no genera confianza para promover la inversión e importación de materia prima que usan los pequeños y medianos comerciantes en la elaboración de productos nacionales.
"Esas leyes impuestas no funcionan porque cada comercio funciona de manera particular. Es imposible que los comerciantes al detal o por volumen tengan un margen de ganancia solo del 30%. Muchos pagan alquiler o altos impuestos dependiendo del tamaño del comercio y el tipo de mercancía que venden. Esas leyes terminan generando desempleo y el cierre de comercios que venden al detal", razona.
Los trabajadores de Exclusividades Verianna V, C.A., tienda de calzados para damas y caballeros del bulevar de Sabana Grande, "transitan la ruta de la quiebra", comenta una de sus empleadas, con más de 38 años de servicio.
Detallan que, desde inicios de año, ningún vendedor del rubro les ofrece mercancía; y en consecuencia, llevan 15 días liquidando los pocos zapatos que exhiben en sus vitrinas. En otros cuatro exhibidores descansan sus dos empleadas, quienes se quedarán sin empleo fijo para costear sus carreras universitarias y familiares.
"Es incomprensible como el Gobierno desintegró las importaciones. Pagamos alquileres y una nómina que no se mantiene con un margen de ganancia del 30%. Al quebrar el comercio quiebra el país", señala Juan Contorianos.
En tiendas reconocidas de ventas de trajes, camisas, ropa interior, insumos médicos y de tecnología de punta gerentes y empleados vislumbran que mantendrán sus santamarías abiertas hasta el próximo mes.
"Cerca del Metro de Sabana Grande hay tiendas que abren a partir del mediodía porque no tienen como mantener empleados ni vender mercancías", relata Ileana Sosa, vendedora.
Mientras que en comercios de Catia, El Cementerio y Centro de la ciudad propietarios y encargados también proyectan un "futuro negro".
Martín Escalante, líder de los comerciantes de Catia, se prepara para el "cierre masivo de locales" de mantenerse el marco jurídico y la crisis económica del país. "Cada vez hay menos repuestos y mercancías. Los controles destruyen la libre iniciativa de la oferta y la demanda, y la libre competencia".
En el Centro trabajadores formales cuentan que los encargados de al menos 80 tiendas les adelantan que sobrevivirán hasta fin de mes. "Ellos buscan reinventarse, pero el Ejecutivo les pone trabas con el acceso a las divisas y eso generará que se pierdan 10 mil empleos directos e indirectos. Tendremos locales cerrados, más buhoneros y gente asaltando para sobrevivir en Caracas porque estamos en quiebra", alerta Marcos Sánchez, vocero del gremio.
Los grandes distribuidores de El Cementerio destacan además que los controles en las importaciones impiden su crecimiento y el de sus empleados. Ellos sobreviven con la poca mercancía que les llega, pero temen que pronto el personal tenga más de dos días libres.
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