Pese a que la tragedia carcelaria en Venezuela exhibe dos caras las autoridades se niegan a mirar. Afuera, el drama no es nada alentador: los familiares de los presos atraviesan cuando los visitan el largo corredor de la humillación. Cuando elevan su voz de reclamo, en lugar de escucharlos, reciben la inmerecida agresión
Pese a que la tragedia carcelaria en Venezuela exhibe dos caras las autoridades se niegan a mirar. Puertas adentro, los penales constituyen una estadía en el infierno, con reglas establecidas por los delincuentes de mayor peligrosidad, con la complicidad activa o por omisión de los custodios. Afuera, el drama no es nada alentador: los familiares de los presos atraviesan cuando los visitan el largo corredor de la humillación. Cuando elevan su voz de reclamo, en lugar de escucharlos, reciben la inmerecida agresión.
NDO/TalCualDigital
No hay comentarios:
Publicar un comentario