Por: VenEconomía
En un país democrático, con independencia y autonomía de los poderes públicos y donde prevaleciese la sindéresis y la cordura de los gobernantes, el Consejo Nacional Electoral ya habría acatado el clamor de revisar el proceso de votación que han hecho más de 7,3 millones de venezolanos, el rector Vicente Díaz, el líder opositor Henrique Capriles, con el apoyo de organismos internacionales y gobiernos del globo.
¡Pero, ya es más que conocido que la élite gobernante hace tiempo se alejó de la ruta democrática! Y que la arrogancia e impunidad que le da el poder hegemónico a los dictadores ha llevado a Venezuela a la actual situación de ingobernabilidad y de crisis política.
La ambigüedad, terquedad y silencio del CNE ante el legítimo derecho de los venezolanos de saber qué pasó realmente en las urnas electorales el 14 de abril, es lo que ha tensado la cuerda y ha llevado al líder de la coalición democrática a no sumarse a una nueva pantomima de una auditoría chucuta que lo único que lograría es legitimar a ciegas ante el mundo al ungido Nicolás Maduro como Presidente de la República.
Este jueves 25 de abril, los venezolanos oyeron a Capriles anunciar que irían a una impugnación ante el Tribunal Supremo de Justicia del proceso electoral del 14 de abril.
Informó Capriles que este paso se dará debido a que, no ha habido respuesta del ente comicial para fijar la fecha de inicio ni ha anunciado el procedimiento a seguir para honrar la palabra dada al país y la comunidad internacional de auditar el 46% de las cajas de votación. Indicó el líder de la unidad democrática que “si no tenemos acceso al cuaderno de votación en los términos que he dicho, no vamos a participar en una auditoría que es una burla al mundo y a Venezuela”.
Está claro Capriles en que esta no es la ruta más fácil para desmontar la mentira de un gobierno espurio, sabe bien que ésta “no es una lucha de hoy para mañana. No es una lucha que se agota en un día. Estamos luchando contra el secuestro del poder”. Sabe bien este líder que en esta lucha también se tropezará con el muro de silencio del Tribunal Supremo de Justicia, cuya presidenta ya cantó por adelantado el veredicto. Por ello, se trabajará también para llevar la legítima exigencia de millones de venezolanos a instancias internacionales. Y como ya expresó Capriles hace unos días “la lucha por las causas justas no tiene fecha de vencimiento”.
Mientras, el gobierno de Maduro se radicaliza peligrosamente de una manera inusitada, lo que hace prever días difíciles para un país que atraviesa una de las más severas crisis económica y pierde aceleradamente credibilidad en la comunidad internacional.
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