Los cacerolazos se han convertido en el talón de Aquiles del madurismo. La desesperación ante la medida de protesta es tal que el mismo Nicolás Maduro llamó a que se contrarrestaran con cohetones. ¿Es que acaso no sabe el costo de los mismos? ¿Quién, salvo aquellos que se benefician de los decomisos a buhoneros, podría tener fuegos ratifícales en abril? Pero lo cumbre no es eso, sino que ni su misma gente acató el llamado.
Por ejemplo, en el refugio Diego de Lozada en Propatria, los damnificados, quizás hartos de la falta de respuesta a su necesidad de viviendas, o bien porque no les gusta Maduro, como a la mitad del país, sacaron las ollas cuarteleras y protestaron como el resto de la gente en la zona.
Asimismo, el pasado lunes 15 la diputada del PSUV Odalis Monzón dijo a través de su cuenta Twitter que tenía identificados a los que se beneficiaban de las misiones y estaban protestando, y les advirtió que luego no se quejaran.
Son varios los organismos donde ha comenzado la persecución, y en Corpoelec y Cantv ya están haciendo "entrevistas" a los trabajadores para preguntarles si reconocen al Presidente, si votaron por él, e informar a los que no respondan rapidito que pudieran estar en una lista de próximos despidos o, simplemente, no gozar ni de permisos, ni de cualquier otro beneficio laboral. Fachismo del más puro abunda en el chavismo sin Chávez.
TalCualDigital
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