Por: VenEconomía
Es un hecho público y notorio que en sus 14 años de “revolución” Hugo Chávez y su combo de segundones llevaron a que el país se encuentre a punto de sufrir una de las más profundas crisis económicas de su historia.
Las confiscaciones, las leyes hechas para constreñir al sector productivo privado, la continuada inamovilidad laboral y los férreos controles de cambio y de precios han hecho mella en el sector productivo, con lo cual Venezuela registra hoy la más alta inflación de la región y una ingente escasez de bienes alimentarios básicos, medicinas, materias primas y repuestos de todo tipo.
Lo cierto es que nunca en la historia de la industria manufacturera nacional se habían registrado indicadores tan alarmantes.
Esta semana gremios empresariales, entre otros, Fedecámaras, Conindustria, Consecomercio y Cavidea, alertaron al Ejecutivo Nacional sobre la necesidad de retomar la agenda económica pues la situación está llegando a tal punto que se podría paralizar la actividad productiva del país.
Afirma Conindustria que la virtual paralización del mercado cambiario alterno y los retrasos de más de 200 días en las liquidaciones de divisas por parte de Cadivi han impactado negativamente en los inventarios de muchos rubros, en especial los de los alimentos básicos y de los farmacéuticos, los cuales apenas llegan a cubrir 30 días de consumo.
Lo grave de esta situación es que la recuperación de inventarios no es tarea fácil para nadie. Se requieren entre 90 a 120 días, siendo eficiente la burocracia del Estado, para completar el proceso que va desde la autorización de divisas, la colocación de la orden de compra en el exterior, el transporte y la nacionalización de la mercancía, el procesamiento de las materias primas y los insumos, hasta la distribución y puesta para la venta al detal del producto terminado.
Esto sin tomar en cuenta, que los importadores deben tener disponibilidad de divisas en efectivo, dado que muchos proveedores en el extranjero ya no les otorgan líneas de crédito, debido al atraso de más de seis meses en la entrega de divisas por parte de Cadivi y el Banco Central.
Más grave aún es que ni siquiera el Gobierno Nacional pareciera tener respuestas para solucionar la situación: Las arcas están vacías.
Se piensa que la entrada de Nelsón Merentes al Ministerio de Finanzas, y su propensión a la emisión de bonos de la República, podrían estar encaminadas a tratar de solventar esta situación. Sin embargo, el ambiente internacional es muy negativo por la incertidumbre política y social del país aunado al descenso de los precios del petróleo en los mercados internacionales.
Otro agravante es el hecho de que Standard & Poors esta semana bajó la perspectiva para la calificación de la deuda soberana de Venezuela, de “estable” a “negativa”, lo que hace prever que sea casi imposible emitir títulos valores de la República en estos momentos.
La mejor alternativa disponible podría ser la venta del oro de las reservas para conseguir la liquidez necesaria.
¿Se atreverán?
No hay comentarios:
Publicar un comentario