ANTONIO MARIA DELGADO/ADELGADO@ELNUEVOHERALD.COM
El general retirado Antonio Rivero le explicaba a un grupo de jóvenes manifestantes como protegerse de ser atacados por grupos de choque del chavismo, esos que andan armados, visten de rojo y se desplazan en enormes bandas de motocicletas para intimidar a la población.
Rivero les decía a los jóvenes que debían mantenerse unidos, lo cual era importante porque los bandoleros del chavismo son propensos a hacer uso de la violencia, y en más de una ocasión han abierto fuego contra manifestantes de la oposición. También había que cuidarse de la Guardia Nacional y de la posibilidad que sus agentes utilizaran excesiva violencia.
Las recomendaciones fueron capturadas en un video por el joven cineasta estadounidense Timothy Hallet Tracy, quien filmaba la manifestación contra el gobierno de Nicolás Maduró luego de que éste fuese declarado ganador de los comicios en una disputada decisión del Consejo Nacional Electoral, controlado por el chavismo.
Ahora Rivero y Tracy están presos, ambos acusados de ser agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de formar parte de una conspiración internacional que apunta a la desestabilización de Venezuela con miras a “generar una guerra civil y justificar una intervención extranjera para acabar con la Revolución Bolivariana”, según un comunicado de la Agencia Venezolana de Noticias.
Los arrestos forman parte de la ola represiva iniciada por el gobierno bolivariano de Maduro en momentos en que la oposición impugna las elecciones presidenciales del 14 de abril. Es una iniciativa que busca silenciar los gritos de fraude a través del miedo y la intimidación.
Para los líderes de la oposición, la política de represión es orquestada directamente desde La Habana.
“Rivero es un preso de los cubanos”, declaró Leopoldo López, coordinador nacional de Voluntad Popular, partido al que pertenece el general retirado.
Dirigentes de la oposición atribuyen el encarcelamiento de Rivero, quien el martes cumplía siete días en huelga de hambre, a un intento del gobierno de Maduro por amordazar las quejas de la oposición con acusaciones que carecen de fundamento.
El general se había presentado en la plaza donde los jóvenes estaban manifestando para evitar que éstos cometieran algún tipo de exceso durante la jornada.
“La manifestación no tenía dirección. Era una cosa espontánea, nadie estaba allí dirigiendo. Rivero fue para allá, un poco para ver como podía ayudar a estas personas para que no cometieran delitos, o se excedieran. Y que si eran enfrentados por los grupos de choques del chavismo, o la Guardia Nacional, supieran que hacer ante el ataque”, comentó Alfredo Jimeno, responsable de Voluntad Popular Estado Miranda.
Rivero fue detenido el 27 de abril por funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), tras ser víctima de una emboscada orquestada por el propio Ministro del Interior, Miguel Rodríguez Torres, quien es un antiguo compañero de promoción de Rivero.
“Rivero era amigo personal y compañero de promoción de Rodríguez Torres, quien lo llama a una reunión, diciéndole que había una solicitud para que lo investigaran y que en vista de la cercanía que había entre ambos era conveniente de que se vieran para conversar informalmente sobre cual era su visión [la de Rivero] de los hechos”, relató Jimeno.
“Rivero dijo que sí y acude a la cita que iba a ser realizada en la sede del SEBIN, y su sorpresa es que cuando llega allí no se encontraba el ministro, sino funcionarios que le esperaban para arrestarlo. El ministro ni siquiera se presentó para darle la cara”, agregó.
Una fuente cercana a los dos militares dijo a El Nuevo Herald que el proceder de Rodríguez Torres, quien familiarmente llamaba a Rivero como “El Curita”, es visto dentro de sectores miliares como un “acto de traición, indigno de un oficial venezolano”.
“Si Rodríguez Torres puede traicionar a ‘el curita’ de esta manera, puede traicionar a cualquiera”, dijo la fuente.
El dirigente de Voluntad Popular en el municipio Libertador, Ismael León, esta semana hizo un llamamiento al Ministro del Interior para que deje de utilizar la justicia venezolana como arma política para centrarse a resolver la desbordada criminalidad que aflige al país petrolero.
“Fíjese, ministro, lo que dice la gente en la calle: Las madres estamos enterrando a nuestros hijos (...) al mío lo mataron como un perro. Y vea los titulares: ‘Acribillaron a un niño y a su padre en El Valle’, ‘Motorizado da tiro en la boca a chama [muchacha]’. Mientras usted se dedicaba a emboscar a nuestro dirigente Antonio Rivero, murieron 498 personas y en los 3 días que van de mayo van 44 cadáveres”, expresó León.
El Nuevo Herald
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