El cangrejo del caso Franklin Brito espera justicia. Fiscalía y TSJ negaron oportunidad de aclarar cómo ocurrió la muerte si estaba bajo cuidado del Estado. Agotada la vía nacional, la denuncia será presentada en la CIDH. Las 24 hectáreas que le fueron arrebatadas en Bolívar no están siendo cultivadas, como sí lo hacía la familia
KEILYN ITRIAGO MARRUFO/ FOTO JOSÉ MENESES/TalCualDigital
Pese a que la justicia venezolana quiera hacer ver que nada pasó en el caso de Franklin Brito, desestimando totalmente la investigación solicitada por su viuda e hijos, son muchas las dudas que aún permanecen en la mente de sus familiares y de quienes llevaron de cerca la lucha de este agricultor por sus tierras en el estado Bolívar.
Elena de Brito insiste en que existió una reclusión forzosa que más allá de ayudarlo aceleró la muerte de su esposo. "Franklin no era ningún suicida, él no quería morir. Siempre dijo que iba dejar en manos del Estado la decisión de seguir o no con vida y el Estado decidió que muriera para callarle la boca".
Recientemente la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el grupo de trabajo y los relatores especiales de la ONU pronunciaron que cuando la detención indefinida de personas sin cargos en su contra se prolonga más allá de un mínimo de tiempo razonable, la misma constituye una flagrante violación al derecho internacional de los derechos humanos y constituye en sí misma una forma de trato cruel, inhumano y degradante.
La señora Brito sostiene que Franklin prácticamente fue un preso político cuyas rejas fueron las paredes del Hospital Militar donde estuvo recluido 10 meses, luego de que el Fiscal Octavo de Control, Lenín Fernández Duarte, ordenara el traslado aun en contra de su voluntad.
NINGUNA PROTECCIÓN
El amparo judicial, que era supuestamente para proteger su salud, resultó contradictorio, según cuenta Elena de Brito, porque en primer lugar no le competía a la Fiscalía ni a un tribunal penal esta acción, ya que su esposo no había cometido ningún delito sino que simplemente estaba ejerciendo su derecho a la protesta.
Además, siguió 27 días más en huelga de hambre sin recibir atención médica pues aun con su negativa de ser atendido por médicos del lugar nunca se permitió la entrada de doctores de confianza.
¿Por qué un Hospital Militar?, ¿por qué custodiado constantemente?, ¿por qué aislado si no era ningún delincuente?, se pregunta Elena una y otra vez. La permanencia del agricultor Franklin Brito en el mismo sitio en el que falleció el presidente Hugo Chávez fue bajo condiciones inhumanas, según su viuda.
Recuerda que sus últimos 90 días los pasó en terapia intensiva a 8 grados de temperatura a pesar de que no tenía grasa corporal en su cuerpo para soportar esas temperaturas, debido a la pérdida de peso que sufrió tras la intensa huelga de hambre.
Además, del estacionamiento se robaron el carro donde se trasladaba la familia todos los días para ir a ver a Franklin y muchas veces les fueron arrebatadas sus pertenencias en las adyacencias del hospital.
El abogado penalista Alberto Arteaga Sánchez rechaza que la petición del fiscal y la decisión de la Sala del Tribunal Supremo de Justicia de no proceder a investigar nada se hayan hecho sin haber oído nunca a la familia Brito, constituyendo una violación franca del debido proceso. "Sencillamente el Ministerio Público consideró que no se había privado de libertad arbitrariamente sin darle importancia alguna a la consecuencia de su muerte".
CAMPO IMPRODUCTIVO
Las tierras de la disputa ubicadas en el municipio Sucre, vía Caicacara del Orinoco, están en ocio. Eran 290 hectáreas, con 100 productivas. A la familia de Franklin Brito le fueron arrebatadas 24 hectáreas mediante las cartas agrarias cedidas a unos ganaderos que no están sembrando nada, de acuerdo a lo que sostiene la viuda de éste. Además, el acceso al resto del espacio también les fue prohibido, quitándoles el principal sustento de vida.
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